Hace unos días, la revista Rolling Stone dio a conocer el supuesto plan de Donald Trump para llevar a cabo una invasión "suave" en México. Esto implicaría enviar al país fuerzas especiales de manera encubierta para eliminar a los líderes de los cárteles. No es una novedad; en los últimos meses, la retórica de una incursión ha sido repetida en reiteradas ocasiones por el expresidente y su equipo. En una entrevista con Fox News realizada en julio de este año, le preguntaron a Trump si los "ataques" contra los cárteles mexicanos seguían siendo una opción sobre la mesa, a lo que el entonces candidato contestó: "absolutamente".
Esta idea, plan o incluso deseo de varios estadounidenses está lejos de ser un tema que haya circulado solo en tiempos recientes dentro de los círculos políticos y, en general, de la sociedad de nuestro vecino del norte. De hecho, existe un historial de invasiones, intervenciones y expediciones en México: la guerra de 1848, la invasión al Puerto de Veracruz y la expedición punitiva son tres ejemplos bien conocidos. No obstante, más allá de casos puntuales, este fenómeno ha persistido en el imaginario colectivo por períodos que superan los acontecimientos directos.
Durante la Revolución mexicana, las demandas por invadir México y proteger los intereses estadounidenses fueron recurrentes a lo largo de la década. Desde años antes de los sucesos en Veracruz, diferentes capas de la sociedad norteamericana se planteaban si una incursión militar a la República Mexicana sería posible, e incluso se convirtió en una noticia (rumor) recurrente dentro de la prensa.
En marzo de 1911, el periódico El Paso Morning Times escribía que "una invasión a México estaba totalmente planeada". La nota mencionaba que personal del ejército se encontraba estudiando mapas militares del norte de México. Los combates tan cercanos a la frontera y la presencia de revolucionarios generaron nerviosismo en la población de Estados Unidos. Más de uno creía que la situación solo se podría estabilizar si el gobierno estadounidense enviaba tropas a poner orden.
Los periódicos planteaban escenarios sobre cómo se llevaría a cabo tal invasión. El 16 de febrero de 1913, durante los días de la Decena Trágica en la capital, The sun, en Nueva York, publicó un extenso artículo analizando la logística y la estrategia del ejército estadounidense para tomar control del país: "Se han seleccionado dos puntos para la incursión de nuestras fuerzas en México. Estos son la frontera norte y la costa del Golfo. En el norte, los primeros ataques serían en los lugares donde los ferrocarriles conectan a México con Estados Unidos". Nuestro privilegio de vivir en el futuro de estos personajes nos permite saber que tal gran invasión no ocurrió.
Las cosas siempre cambian; de eso no hay duda. El problema actual que han manifestado en sus discursos es que México es culpable de su crisis del fentanilo y que el país no tiene la capacidad de solucionarla. Es lo que sucede al tener de vecino a una nación como Estados Unidos: tales escenarios, sean imaginarios o reales, permanecen latentes.
POR IGNACIO ANAYA
COLABORADOR
@Ignaciominj
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