El sector de las Telecomunicaciones en México mantiene su papel como motor clave del crecimiento económico, mostrando una notable resiliencia frente a los retos que plantea un panorama macroeconómico y regulatorio adverso. Los resultados al tercer trimestre de 2024 confirman este dinamismo, con un incremento anual del 4.4% y un acumulado de ingresos de 150.7 mil millones de pesos. Sin embargo, estos números no deben hacernos perder de vista los desafíos estructurales que enfrenta la industria.
El segmento móvil sigue siendo el eje de este crecimiento, contribuyendo con casi el 60% de los ingresos del sector. Su desempeño positivo se explica por el aumento en el consumo de datos móviles y la expansión de las líneas, con un crecimiento del 6.8%, impulsado por la disrupción competitiva de los Operadores Móviles Virtuales (OMV). A pesar de esto, hay señales de alerta: el crecimiento de apenas 2.5% en la venta de equipos refleja un mercado afectado por el entorno macroeconómico, donde la inflación y el poder adquisitivo limitado podrían estar comenzando a pasar factura.
Por su parte, las telecomunicaciones fijas han mantenido una tendencia ascendente, registrando un crecimiento del 5.1% anual, equivalente al 16.8% del total sectorial. Este desempeño está ligado al incremento en la contratación de servicios de banda ancha, que creció 6.4% en el periodo. La importancia de este segmento no puede subestimarse, ya que se ha convertido en una infraestructura básica para el desarrollo social y económico del país.
En contraste, el segmento de TV de paga y servicios convergentes muestra un crecimiento anual de tan solo 1.5%, señal de un mercado que enfrenta presiones significativas. La competencia con las plataformas de streaming y el cambio en los hábitos de consumo están reduciendo la contratación de estos servicios, especialmente en las modalidades satelitales. Este fenómeno pone de manifiesto la necesidad de que las empresas del sector adopten estrategias más innovadoras para mantenerse relevantes en un entorno digitalizado.
A pesar de las presiones, las perspectivas para el cierre de 2024 son moderadamente positivas, con un crecimiento estimado entre 4.5% y 5.1%. No obstante, la incertidumbre regulatoria persiste como un factor de riesgo. Las posibles modificaciones en las reglas del juego, incluidas las medidas de regulación asimétrica, podrían desalentar la inversión y limitar la competitividad. En este sentido, es esencial que el marco regulatorio evolucione para garantizar un equilibrio entre la promoción de la competencia y el incentivo a la innovación.
El sector de las Telecomunicaciones tiene un papel crítico en el desarrollo del país, y su desempeño reciente lo confirma. Sin embargo, para mantener esta trayectoria ascendente, es imprescindible que las políticas públicas estén alineadas con los retos del entorno digital, promoviendo un ecosistema de innovación y competencia. Solo así se garantizará que esta industria continúe siendo un pilar del crecimiento económico y social.
POR GONZALO ROJON
PAL