Autonomía relativa

Golpe de realidad

La decapitación de quien fuera presidente municipal de Chilpancingo es no solo un acto espantoso sino una muestra de la barbarie criminal en escalada y también una muestra de la respuesta que se necesita

Golpe de realidad
Juan Ignacio Zavala / Autonomía relativa / El Heraldo de México Foto: Especial

Pocos días duró la euforia. Así es la vida. Del gozo al pozo, dice el refrán. La presidenta Claudia Sheinbaum está enfrentando las amargas tareas que acarrea la banda presidencial. 

La gritería, las porras, los anuncios históricos, el entusiasmo desbordado se sus compañeros, las advertencias de la aplanadora, la satisfacción de acabar con uno de los poderes y el derroche de cursilería chaira han frenado abruptamente con los golpes de la realidad.

No es sorpresivo que el encontronazo haya sido con la muerte en varias de sus facetas. Una personal y dolorosa para ella que es la muerte de Ifigenia Martínez, por quien la presidenta tenía una relación cercana y, cualquiera supone, que había admiración como la de alumna a maestra.

Otras dos manifestaciones de la muerte tienen que ver con graves problemas que afectan al país: la inseguridad y la migración. Temas que se entrelazan en muchas ocasiones.  

Por un lado, está la muerte de varios migrantes que iban en un camión y a los que miembros del Ejército mexicano dispararon sin mediar agresión alguna. Murieron seis migrantes de distintos países. 

Entregada a los militares al igual que su antecesor, la Presidenta cuenta entre los primeros decesos de su sexenio los asesinatos, no son otra cosa, de esos migrantes a manos de soldados. 

El otro asunto está vinculado directamente al crimen organizado y no tiene nada qué ver con la situación en Sinaloa- que es alarmante por la cantidad de muertos y desaparecidos en el último mes-, sino con otro estado en el que no hay gobierno desde hace meses: Guerrero, que enfrenta las tragedias naturales y las del desgobierno al mismo tiempo. La violencia criminal campea desde hace años en la entidad y no ha hecho más que escalar en el gobierno de la señora Evelyn Salgado. La decapitación – es espeluznante escribir la palabra- de quien fuera presidente municipal de Chilpancingo es no solo un acto espantoso sino una muestra de la barbarie criminal en escalada y también una muestra de la respuesta que se necesita. Omitiré los detalles de la ejecución- es lo que fue- del alcalde, pero basta subrayar que tenía apenas una semana en el cargo. Una tragedia cuyas imágenes de horror circulan ya en todo el mundo.

“La campaña es el cielo y gobernar es el infierno”, dicen por ahí. Parece que en esta ocasión el cambio de escenario se dio demasiado rápido. Esta misma semana, la presidenta dará a conocer su estrategia de seguridad. Ojalá estos terribles eventos le permitan ir más allá de los falsos abrazos que generan verdaderos balazos. 

POR JUAN IGNACIO ZAVALA

COLABORADOR

@JUANIZAVALA

PAL

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