Columna Invitada

Avances del voto de las mujeres en México y Estados Unidos

En ambos países, el sufragio femenino fue un paso importante, pero no el fin de la lucha por la igualdad

Avances del voto de las mujeres en México y Estados Unidos
María Elena Orantes López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La búsqueda del derecho al voto femenino es un hito en la lucha por el ejercicio pleno de la ciudadanía y la igualdad de género en ambos países. En Estados Unidos, la lucha por el voto femenino comenzó formalmente en el siglo XIX y estuvo impulsada inicialmente por mujeres obreras de fábricas textiles que buscaron mejores condiciones de trabajo en manifestaciones simbólicas como las del 8 de marzo de 1857; y a cuyo movimiento se sumaron causas como el trabajo infantil y el derecho al voto de las mujeres a partir de 1908.

El movimiento feminista estadounidense se consolidó con la Convención de Seneca Falls en 1848, donde figuras como Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony se convirtieron en pioneras de los derechos de las mujeres. Tras décadas de protestas, campañas y arrestos de líderes sufragistas, el voto femenino fue garantizado a nivel nacional con la aprobación de la Decimonovena Enmienda en 1920.

En México, el proceso fue diferente. Entre 1887 y 1889, se publicó la revista mexicana “Violetas del Anáhuac” que si bien incluye temáticas sobre los deberes del hogar, también sirvió como un espacio para hablar sobre la necesidad del sufragio femenino para alcanzar la ciudadanía.

La lucha por los derechos de las mujeres comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, pero no fue hasta la Revolución Mexicana, cuando surgieron movimientos feministas más organizados. En 1915, se realizó el Primer Congreso Feminista en Yucatán, en donde se reconocieron las condiciones de desigualdad en las que se encuentran las mujeres y se demandaron, entre otros derechos, el de votar y ser votada.

A pesar de las reformas progresistas de la Constitución de 1917, el derecho al voto femenino se hizo una realidad hasta las reformas de Ruiz Cortines en 1953 y efectivo en las elecciones de 1955, casi 35 años después de que las estadounidenses lo hicieran.

Una de las diferencias clave entre ambos países es el tiempo en que se otorgó el derecho al voto. En Estados Unidos, las mujeres lograron este derecho en 1920, mientras que en México fue en 1953. Este desfase temporal refleja las diferentes realidades sociales y políticas que ambos países vivían.

Por otro lado, las motivaciones iniciales que llevaron al sufragio femenino en ambos países se diferencian por estar relacionadas con la búsqueda de mejores condiciones de trabajo en los Estados Unidos, mientras que en México por la exigencia de participar en la vida política y pública.

En Estados Unidos y en México, las mujeres enfrentamos obstáculos similares: la idea arraigada de que su rol debía limitarse al hogar, la falta de educación y representación política, y las leyes y costumbres que las excluían de la vida pública. En ambos países, el sufragio femenino fue un paso importante, pero no el fin de la lucha por la igualdad.

Aún es necesaria la transformación de los sistemas políticos, sociales y culturales que históricamente han discriminado a las mujeres a fin de llegar a una igualdad sustantiva que incluya mayor participación política de las mujeres en todos los niveles de gobierno.

POR MARIA ELENA ORANTES

PAL

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