Columna Invitada

Una ley cuadrada para una app redonda

Tal es el caso del transporte de aplicación, que ha permitido un avance extraordinario en lo que el ser humano es capaz de hacer y donde la proliferación es la norma

Una ley cuadrada para una app redonda
Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La trayectoria inevitable de nuestro tiempo es la inmersión en el conjunto de tecnologías que confluyen al mismo tiempo y que entre otras cosas, han cambiado la realidad en tan sólo unos pocos años. Como resultado han aparecido gran variedad de aplicaciones con profundas implicaciones jurídicas y sociales.

Tal es el caso del transporte de aplicación, que ha permitido un avance extraordinario en lo que el ser humano es capaz de hacer y donde la proliferación es la norma. Bajo este escenario, el aumento de la versatilidad se une a la posibilidad de solventar problemas, y con ello capta la preferencia de los usuarios, pero también hace patente resistencias ante el desplazamiento inevitable de las uniones de taxis regulares, quienes probablemente, no tengan oportunidad de adaptarse a las nuevas tecnologías.

La preferencia de los servicios por aplicación se basa en un conjunto de factores que valorados tiene una supremacía, por sobre el servicio tradicional, destacando entre otras: Una mayor seguridad para el usuario, certeza del tiempo de recogida y arribo; vigilancia en tiempo real, posibilidad de envíos, todo bajo mecanismos que obligan al conductor a una responsabilidad civil; y al resguardo de personas y objetos.

En esas condiciones en un México, donde la inseguridad es la norma; la mejor opción parecen ser las aplicaciones de transporte que brindan este servicio.

Otro de los aspectos de análisis, es la puntualización sobre la calidad laboral de los choferes de las apps de transporte. Bajo la estricta premisa de la Ley Federal del Trabajo, parece un tanto difuso el que sean considerados como subordinados, dado que, en realidad, opera dentro de la prestación del servicio un asunto que tratamos de negar una y otra vez, la inexistencia de modelos similares en la Legislación laboral, esto es, la facultad de un empleador de ordenar, horarios, directrices y normas internas. Si lo piensas bien, la diferencia es clara, cuando observas que tradicionalmente las empresas tenían un sólo objetivo: Los beneficios de los accionistas; en tanto que el “nuevo modelo de negocio”, se reparte de forma hibrida los objetivos por lo que el beneficio es paralelo, esto es, los choferes de las apps, también se benefician de un invento tecnológico que de no existir les impondría cubrir los trámites burocráticos a los que se enfrentan los trabajadores del autotransporte de pasajeros.

Otra diferencia es que en la prestación de servicios independientes no se está sujeto a una supervisión directa y continua. Te preguntaras ¿Cuál es el asunto, entonces? Pues, que se ha planteado una modificación a la Ley Federal del Trabajo que pretende que estos choferes sean considerados como trabajadores subordinados, con la obligación de cubrir la seguridad social por parte de las empresas de transporte de aplicación. Lo cuál en principio, es una iniciativa que responde a varios colectivos de personas que han formado sindicatos de usuarios de las apps y que suena a justicia social. El problema, radica en la forma de contención que se pretende realizar de las mismas. Lo explico, si bien es cierto, que las aplicaciones proveen trabajos, estos tienen contextos de excepción; bajo esa mirada podemos percatarnos que la mayor parte de los choferes, utilizan un servicio generado por una tecnología, en horas, días y rutinas que les sean de utilidad bajo una invención tecnológica que tiene un sistema complejo y dinámico. Fíjate en esta última palabra pues indica la esencia misma de su creación. En esos términos la legalidad, rígida que se pretende instaurar, requiere mecanismos tecnológicos, pues como indico Richard Feynman “lo que no puedo crear, no lo entiendo”. En ese sentido no hay duda de que se tiene que invertir, por parte del Estado, para crear legislaciones que integren los nuevos trabajos del futuro, y sea posible la regulación de estos, mediante nuevos canales jurídicos renovados. Vivir la experiencia externalizada únicamente ocasiona que las legislaciones fracasen. ¿Acaso no sería más fácil que el impuesto fiscal que se pretende imponer vía la seguridad social se cobrase por otra vía como, por ejemplo: impuesto sobre la automatización? De esa manera, solventarían la deuda laboral que le impone el gobierno a las empresas de taxis de aplicación y en lugar, de tratar de cubrir la seguridad social de forma individualizada se realizará de forma global, seguro se tendrían mejores resultados.

Así qué creo que el camino es errado si se pretende una regulación desde nuestra muy añeja Ley Federal del Trabajo.

Cierro con las palabras de uno de los grandes tecnólogos, que por supuesto es filosofo “Una era tecnológica contenida debe ser a través de un método regulado de manera amplia e inteligente, sin peros ni condiciones” Mustafa Suleyman.

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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