La expansión de la tecnología 5G en América Latina presenta un panorama complejo y polarizado, donde los desafíos coexisten con notables oportunidades de transformación digital. En términos de despliegue, América Latina cuenta con un total de 49 redes 5G operativas hasta la primera mitad de octubre de 2024, según cifras de 5G Americas y TeleGeography.
Esta cifra coloca a la región en el tercer lugar a nivel global, detrás de Europa, que lidera con 117 redes, y Asia, con 65 redes. El avance en América Latina ha sido impulsado por la creciente demanda de conectividad de alta velocidad en áreas urbanas densamente pobladas.
Sin embargo, la expansión aún presenta un desarrollo desigual debido a factores económicos, de infraestructura y regulatorios, lo que ha generado una brecha en comparación con las regiones más avanzadas en el despliegue de esta tecnología.
Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de 5G es la brecha de infraestructura entre las áreas urbanas y rurales. Mientras que las grandes ciudades avanzan con rapidez en la implementación de esta tecnología, las zonas rurales permanecen rezagadas, limitadas por la falta de inversión y de políticas públicas inclusivas.
A lo anterior se suma la inestabilidad económica de algunos países de la región, que dificulta la inversión extranjera y genera fluctuaciones monetarias que impactan el costo del despliegue de la red. Además, la burocracia gubernamental y los elevados costos del espectro radioeléctrico continúan encareciendo el desarrollo de 5G, afectando tanto a los operadores como a los usuarios finales.
A pesar de estos desafíos, las oportunidades que ofrece la tecnología 5G son vastas y prometedoras. Su potencial para acelerar la transformación digital es indiscutible, facilitando el crecimiento de sectores clave como la telemedicina, la educación a distancia, y el comercio electrónico.
En el ámbito agrícola, la 5G promete revolucionar la producción mediante la adopción de prácticas de agricultura inteligente, optimizando el uso de recursos y aumentando la eficiencia gracias a la recolección de datos en tiempo real.
Asimismo, el desarrollo de la economía digital podría verse impulsado por 5G, favoreciendo la creación de startups y soluciones basadas en inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT). Incluso, se vislumbra un camino hacia la inclusión financiera en áreas rurales, donde la conectividad móvil permitirá el acceso a servicios bancarios y financieros de manera más efectiva.
Para capitalizar estas oportunidades, América Latina deberá superar sus barreras estructurales y económicas a través de políticas gubernamentales más efectivas y una mayor inversión en infraestructura.
Se requiere de una visión estratégica que fomente la colaboración público-privada y que priorice la inclusión digital, asegurando que los beneficios de 5G lleguen a todas las regiones por igual. En un contexto global cada vez más competitivo, la capacidad de América Latina para integrar 5G de manera efectiva no sólo impulsará la conectividad, sino que podría ser un motor clave para el crecimiento económico de la región en los años venideros.
POR GONZALO ROJÓN
COLABORADOR
@GROJONG
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