Los tiempos que corren están preñados de incertidumbre. Revisar las redes sociales nos produce dudas, escuchar los noticieros nos enoja, leer los periódicos nos confunde. Los referentes creíbles escasean, los asideros morales aún más. Estamos ante circunstancias que cambian a cada momento, y al mismo tiempo las cosas siguen igual. O peor…
Quienes estamos inmersos en la vida política somos cuestionados constantemente sobre ‘el candidato’; quién va a ser, cuándo lo decidirán. Y sobre ‘la alianza’; vayan todos juntos, que no haya pleitos. Evidentemente me refiero a la política desde la oposición al actual gobierno.
No faltan las voces, esporádicas pero firmes, de quienes afirman que no es tiempo aún de decidir, que el proceso electoral inicia en septiembre. Y otros que sugieren que el PAN – en el caso de nosotros los panistas – debe ir a la contienda sin aliarse con ningún partido, que representan un lastre y provocan confusión y pérdida de identidad.
Por otro lado, la irrupción de expresiones de la sociedad mexicana en defensa de las instituciones, la convergencia de partidos políticos en las marchas ciudadanas, la exigencia de participación activa en la selección de la candidatura presidencial, fueron factores importantes en la búsqueda de un rumbo unificado.
Al mismo tiempo, desde la Presidencia de la República se instruyó a los aspirantes de su partido a iniciar una campaña anticipada que trastoca la equidad en la contienda, piso básico para ser competitivos en el proceso.
Como resultado de estos factores, el pasado lunes 26 surgió el Frente Amplio por México, figura contemplada en la Constitución, conformado por PAN, PRI y PRD, y un gran número de organizaciones sociales. El Frente está abierto a la adhesión de partidos, organizaciones y ciudadanos. En el Frente concurrimos ciudadanos mexicanos, de partidos o apartidistas, que estamos listos para dar la batalla en 2024.
La fortaleza del Frente radica en cada uno de sus integrantes y en su capacidad de convocatoria, que permitirá llegar al grueso de la sociedad mexicana e invitarla a participar, no solamente en la elección de la candidatura presidencial, sino en la definición del rumbo de México el próximo año.
El método de selección del candidato al que se arribó requirió de muchas horas de diálogo, discusión con expertos en temas electorales, intercambio de experiencias, consultas con los órganos directivos de los partidos. La propuesta no satisfizo totalmente a nadie, pero a todos – o a casi todos – les pareció un avance importante.
Más allá de los análisis que sobre el método se hagan, de los detractores que seguramente tendrá, e incluso más allá de quien resulte candidato presidencial, un gran logro en la conformación del Frente es que se constituye en referente para todos aquellos que buscan respuesta en estos tiempos inciertos.
El Frente es esperanza para los que queremos un México distinto al de hoy.
POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC
LSN