DESDE AFUERA

Un giro interesante

Pero hasta ahora, apuntaron Feeley y Villalobos,  EU no los ha perseguido con la misma intensidad que a los extranjeros, "quizás porque no aprietan el gatillo, explotan las bombas o secuestran a sus enemigos"

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En lo que bien puede considerarse como un un mensaje múltiple, el embajador estadounidense retirado John Feeley y el excomandante guerrillero salvadoreño Joaquin Villalobos propusieron un giro interesante a la guerra contra las drogas: declarar terroristas a los traficantes internacionales y usar esa ley para golpear a sus cómplices en Estados Unidos.

El punto es enfrentar al fentanilo, una droga que es considerada como responsable de más del 65 por ciento de las 107 mil muertes por sobredosis que ocurren anualmente en Estados Unidos y que se fabrica principalmente en México, con sustancias provenientes de China.

En un texto aparecido en la revista semanal del diario digital Politico.com, Feeley, director ejecutivo del Centro para la Integridad de los Medios en Las Américas y Villalobos, especialista en seguridad y resolución de conflictos, destacan el fracaso de la lucha antidrogas encabezada por Estados Unidos y una omisión en su concepción.

El esfuerzo antidrogas, en su visión, "ha tenido un éxito marginal en ocasiones, pero la demanda estadounidense general de cocaína, heroína y marihuana de América del Sur y Central se ha mantenido estable" y "ha tenido el efecto de “normalizar” el tráfico de drogas, convirtiéndolo en el material de la serie 'Narcos' de Netflix".
Pero lo que según los autores, lo que a menudo se malinterpreta en el "tratamiento de Hollywood" que recibe el narcotráfico, es que no sólo está dirigido por extranjeros.

"Las redes internas de distribución de fentanilo en EU son el componente más esencial de las operaciones de los cárteles extranjeros porque, sin ellas, no hay ventas ni ganancias. Y el crimen organizado desde tiempos inmemoriales existe sólo para esas ganancias ilícitas", precisaron.

A partir de esa propuesta, afirmaron, "al designar a los productores de fentanilo como FTO (organizaciones terroristas foráneas), las burocracias federales y estatales de EU encargadas de hacer cumplir la ley habrían ampliado sus poderes para congelar activos estadounidenses, ciudadanos colaboradores de los cárteles podrían ser procesados bajo los estatutos de terrorismo que conllevan sentencias más severas. El factor disuasorio sería palpable".

El punto es importante, porque la red de posibles colaboradores, voluntarios o involuntarios de la distribución de drogas va de los propietarios de pequeñas empresas, sea de camiones, tiendas y almacenes a contadores, abogados y banqueros, así como los traficantes de la calle. "Los cárteles necesitan ciudadanos estadounidenses y residentes para hacer funcionar sus empresas de fentanilo".

Pero hasta ahora, apuntaron Feeley y Villalobos,  EU no los ha perseguido con la misma intensidad que a los extranjeros, "quizás porque no aprietan el gatillo, explotan las bombas o secuestran a sus enemigos". Solo les faltó recordar que parte de la omisión se debe a que son estadounidenses con derechos que los latinoamericanos no tienen.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

PAL