UNA CHAIRA EN EL HERALDO

El aparatejo de Estado

Para abonar algún dato fuera de serie y por qué no, hasta una carcajada, les cuento del detector de drogas a través de ondas cerebrales

OPINIÓN

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Fernanda Tapia / Una Chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Genaro García Luna, culpable. Y ahora bien, será el momento en que pretenda llegar a algún acuerdo con el gobierno americano? Se atreverá a “empinar” a aquellos que al parecer ya lo abandonaron? Sería interesante que los gringos requiriesen al Tomandante Boloras (actualmente escondido en España). 

Y lo interesante acá sería que se exigiera la devolución de esos 6000 millones y que al más puro estilo Copperfield, desapareció delante de nuestras narices y cuyo destino eran, en su mayoría, para acciones sociales; para luego, convertirlas en “acciones” de sus empresas fantasma. Además de como señalan algunos entendidos, dinero para la creación del partido independiente de CalderRón y Márgara.

A fin de cuentas un gobierno FeCal. Ora bien, para abonar algún dato fuera de serie y por qué… no hasta una carcajada, les cuento de «la ouija maldita» o «ouija del demonio«; el detector de drogas a través de ondas cerebrales, ondas electromagnéticas del cerebro.

Yo sé que suena a jalada y deveras está para reírse pero de nervios, porque afectó a miles de personas que terminaron encarceladas por culpa de este aparatejo. Me enteré de esto la  primera vez gracias a mi muy querido amigo y gran periodista Francisco Cruz, autor de ‘García Luna, El señor de la muerte‘.

Si ustedes se siguen preguntando qué diablos es «la ouija maldita», les explico: es el GT200, un aparatillo que se vendía como un “detector molecular de drogas ilegales, explosivos y cuerpos humanos”; creado por la empresa británica Global Technical Ltd.

Por otro lado, sinceramente, es un producto milagro ya que este cachivache no hace absolutamente nada y es un pedazo de plástico vacío, sin componentes electrónicos. Para enchularlo le agregaron una antena retráctil con punta de metal. Se supone que estas tarjetas detectaban materiales ilícitos, pero esto es imposible.

NO contaban con ningún chip adentro. De hecho lo único que guardaban eran algunos trozos de cartón. Cuando se adquirieron por montones para la seguridad de nuestra nación, los guardianes de la ley elegidos para portar uno de estos, tenían que tomar un curso de ocho días. Y para dar un mejor pantallazo, se entregaban “en maletas repletas de parafernalia pseudocientífica”.

El chistecito le salió a México, es decir a los contribuyentes, en 50 millones de dólares. Primero fue la Defensa Nacional quien ordenó la compra de al menos 700 unidades a través de los distribuidores de Gary Bolton en muestro país. Luego también se los encasquetaron a la Marina Armada, la PGR (hoy Fiscalía) y los gobiernos de los estados de México, Morelos, Guanajuato, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Colima, Campeche, San Luis Potosí, Sinaloa, Chihuahua, Hidalgo y la Ciudad de México.

Y dice el Maestro Cruz: “Después se filtraría que el Gobierno federal y los estatales, Pemex y el ISSSTE habían gastado cerca de 50 millones de dólares que nadie notó porque se ocultaron en las partidas de esta compra. El Estado Mayor Presidencial de Calderón empezó entonces a ocultar la información y a afirmar que su personal «experto en explosivos» había probado los aparatos”.

Imagínense: el  gobierno federal reconoció haber comprado al menos mil 112 unidades del GT200. Cada uno había costado desde 290 mil hasta 450 mil pesos. Sin embargo, algunos gobiernos estatales llegaron a pagar hasta 800 mil pesos por unidad; mientras el costo de producción, por cada uno, no superaba los 20 dólares. Y cierra Francisco Cruz: “Después se enteraron que no servían, bueno nos enteramos todos que no servían, y los ‘aparatos’ fueron destruidos; pero nunca aparecieron los 50 millones de dólares”.

Hasta aquí todo podría quedar en una risa dolorosa, pero qué tal todos los embotellados, gente que sigue a la sombra, torturados y hasta personal de seguridad destituidos a contentillo de quienes así lo querían escudándose en el mentado aparatito. Qué miedo! “Más de cinco mil personas fueron detenidas con base en la “prueba” del detector molecular, a pesar de que no hay otra evidencia que respalde los cargos; mil 980 permanecen bajo custodia y 625 casos de condenas a prisiones federales han involucrado a los detectores”. Insisto… y todavía estos pseudo defensores de la Democracia de camiseta azul tendrán la cachaza de dar la cara el domingo en su ensayo de marcha?

 

 

POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM 
@TAPIAFERNANDA

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