DESDE AFUERA

La Celac y las realidades diferentes

Lula da Silva enfrenta un duro desafío interno, significado no sólo por la oposición política de derecha sino por situaciones en las economías

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La séptima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se celebra hoy en Buenos Aires, en medio de polémicas, crisis regionales y nacionales, y una por lo menos expresa determinación de la izquierda regional de integrar un bloque que permita alterar la relación de poder con Estados Unidos.

El pasado 9 de mayo, al iniciar la bilateral México-Estados Unidos como parte de la Novena Cumbre de Líderes de Norteamérica, el presidente Andrés Manuel López Obrador reclamó a su colega Joe Biden el olvido hacia Latinoamérica y reiteró su propuesta de ir hacia un hemisferio integrado al estilo de la Unión Europea.

Las dos propuestas parecen divergentes, aunque no necesariamente excluyentes, y pondrán a prueba la relación entre México y Latinoamérica.

La enorme relación social y económica entre México y Estados Unidos es vista con cautela por la diplomacia brasileña y algunos de los ideólogos de la "marea rosa" consideran que lo pone ante una realidad distinta.

Para varios países de la región, China es el principal socio comercial y esa situación marca una diferencia.

Más allá, la presencia de Luiz Inácio Lula da Silva, en su primer viaje al exterior desde que asumió la Presidencia de Brasil, el primero de enero, marca lo que sus aliados y admiradores consideran como el "relanzamiento" de la Celac, y el esperado nuevo arribo de quien el anfitrión, el mandatario argentino Alberto Fernández, definió alguna vez como el líder que América Latina necesita.

Pero al margen de lo que podría parecer un desdén a lo que hizo el gobierno mexicano en 2020 al revitalizar la Celac, que hoy podría verse como preparativo del advenimiento de Lula, la realidad es que la izquierda latinoamericana inicia un esfuerzo bajo condiciones complicadas.

Algunos en América del Sur creen que se necesita fortalecer la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), una agrupación económica alrededor de la potencialidad económica brasileña, para luego consolidar la Celac. Pero Lula da Silva enfrenta un duro desafío interno, significado no sólo por la oposición política de derecha sino por situaciones en las economías doméstica e internacional que no ayudan a sus propuestas, sea revigorizar programas sociales que tuvieron éxito en su primer gobierno (2003-2011) o de reformar el orden político mundial con Brasil como efectivo líder de Sudamérica.

Varios gobiernos "progresistas" de la región, los que llegaron al poder en elecciones abiertas, enfrentan retos políticos derivados de acciones opositoras que a veces no provienen sólo de sectores conservadores sino de sus propias filas.

La preocupación en torno a lo que hagan los gobiernos de izquierda una vez en el poder se refleja en la cautela con que algunos se acercan, y a veces hasta confrontado, a sus similares de Nicaragua y Venezuela, donde regímenes que fueron electos democráticamente se han convertido en dictaduras.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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