DESDE AFUERA

EU, ante una situación existencial

Quizá una de las grandes preguntas que hoy se plantean los estadounidenses se refiere a la posibilidad de que el expresidente Donald Trump sea sometido a un juicio por su participación en la asonada del 6 de enero de 2021

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Quizá una de las grandes preguntas que hoy se plantean los estadounidenses se refiere a la posibilidad de que el expresidente Donald Trump sea sometido a un juicio por su participación en la asonada del 6 de enero de 2021.

Es una consideración real y particularmente complicada cuando Estados Unidos se encuentra en uno de los momentos de mayor división política y social de su historia.

Y un juicio a Trump podría ser explosivo.

Para nadie es un secreto que Trump rechaza la idea de que fuera derrotado en las elecciones de noviembre de 2020 y, que fiel a su egocéntrica forma de ser, denunció desde antes de la votación que habría un gigantesco fraude.

Pero también está cada vez más claro que sus acusaciones carecen de fundamentos y que a cambio se convirtió en el promotor de lo que bien podría calificarse como un intento de golpe de Estado, al tratar de presionar a autoridades estatales a alterar el conteo de las elecciones y al Congreso federal a no aceptar los resultados de los comicios.

Paralelamente, convocó a una manifestación el 6 de enero de 2021, en la que alentó a los asistentes a dirigirse al Capitolio, donde estaba reunido el Congreso para certificar los resultados de la elección.

Los hechos de ese día fueron dramáticos y traumáticos para un país que se creía seguro de la solidez de sus instituciones y pusieron al descubierto que las fracturas de la sociedad estadounidense son mucho más profundas de lo que nadie esperaba.

De acuerdo con la narrativa que emerge de un comité especial de investigación creado por el Congreso, aunque sin la participación de la inmensa mayoría de los republicanos, Trump sabía desde un principio que sus denuncias de fraude electoral eran falsas, pero aún así alentó a los amotinados a dirigirse al Congreso e incluso trató de sumarse a ellos, y puso en peligro la vida del vicepresidente Mike Pence y los miembros de la legislatura.

Las sesiones del comité investigador han expuesto al público a una serie de testimonios que en algunos casos han ido más allá de lo que se hubiera creído posible, como el de la joven Cassidy Hutchinson, asistente del Jefe de asesores Mark Meadows, que la semana pasada declaró que el exmandatario sabía que muchos de los asistentes a su mitin estaban armados antes de dirigirse a ellos y exhortarlos a dirigirse al Capitolio.

Ultimadamente el comité legislativo no tiene capacidad para iniciar causas judiciales, pero sí para encaminar sus hallazgos al Departamento de Justicia. 

Y ahí es donde la decisión se torna complicada. ¿Hay suficientes bases para acusar y enjuiciar a Trump? Y si las hubiera ¿está en capacidad el país de iniciar un juicio tan políticamente cargado?

Son preguntas que aún no se plantean formalmente y quizá jamás lleguen a darse, sobre todo ante la posibilidad, tan real o tan remota como se quiera, de que Trump vuelva a la Presidencia en 2024. 

Pero las respuestas dirán mucho de Estados Unidos.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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