CLARABOYA

Una oportunidad perdida

Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador viajó a Washington, DC

OPINIÓN

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Azul Etcheverry / Claraboya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador viajó a Washington, DC en visita oficial con el objetivo de reunirse con el presidente Joe Biden para atender temas de interés entre ambas naciones en materia de migración, seguridad y comercio, principalmente. Dicha visita se da bajo un contexto político-electoral complejo, a partir de una serie de comentarios, decisiones y acontecimientos de ambos lados de la frontera que han ido alejando con el tiempo el enfoque prioritario a los profundos nexos y necesidades compartidas que urgen atender.

En principio, vale la pena destacar que esta visita se da tras la desafortunada decisión del ejecutivo mexicano de no participar en la más reciente edición de la Cumbre de las Américas. Los argumentos que “sostuvieron” esta determinación se basan en lo retórico e ideológico y no en la formulación de una verdadera plataforma democrática en búsqueda de respuestas a problemas que nos afectan de manera continental.

Entre los aspectos importantes a destacar de esta visita es que nos demostró la perspectiva “presidencialista” con la que actualmente se interpreta la relación binacional. Las visitas más recientes de representantes del gobierno mexicano a la capital norteamericana se han centrado en diálogos entre ambas presidencias, sin considerar la serie de actividades relacionadas que toda visita oficial de Estado propiciarían.

En ese sentido, es común que dentro de estas actividades se realicen diversos encuentros, por ejemplo, una audiencia con el Congreso federal, reuniones con actores del sector empresarial y de la sociedad civil. No obstante, lo anterior no sólo no ocurre, sino que se evita gracias a la serie de cuestionamientos y declaraciones que se han ido propiciando entre los miembros del partido republicano y el presidente López Obrador, además de la serie de reclamos que sectores industriales han hecho por la vulneración de acuerdos internacionales y contratos adquiridos a partir de la inversión en nuestro país.

Es preciso agregar otros aspectos que interfieren en el desarrollo de la relación, como lo son la falta de voluntad política en el congreso, además del nulo interés republicano en repensar una regularización migratoria de fondo como se lleva esperando desde hace décadas. Dicha situación se exacerba debido al escenario electoral actual estadounidense.

Actualmente, la popularidad del presidente Biden registra su récord más bajo desde el inicio de su administración y es probable que los demócratas pierdan la Cámara de Representantes en las próximas elecciones intermedias, mientras que la disputa en el Senado se definirá dependiendo la capacidad de movilización de los sectores progresistas del partido para intentar aprovechar la inercia que dejó la decisión de la Suprema Corte de Justicia de restringir el derecho federal al aborto.

Se trata de una oportunidad muy importante que se desaprovecha dada la relevancia de temas que tendrían que ser abordados, como una reforma migratoria comprensiva, los avances obtenidos a partir de la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio o aspectos de seguridad fronteriza o combate al crimen organizado, más aún, si consideramos que el presidente López Obrador tendría que ejercer el capital político que ha representado secundar las medidas migratorias restrictivas estadounidenses respecto a migrantes, principalmente centroamericanos dentro de nuestras fronteras.

POR AZUL ETCHEVERRY
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@AZULETCHEVERRY

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