MIRANDO AL OTRO LADO

Nuevo acuerdo opositor necesario para 2024

La oposición debe transformar de forma y fondo su coalición para competir unida en 2024. Antes de ocuparse en la definición de su candidatura presidencial

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La oposición debe transformar de forma y fondo su coalición para competir unida en 2024. Antes de ocuparse en la definición de su candidatura presidencial, la oposición tendrá que acordar la construcción de nuevos y más consistentes compromisos y métodos de trabajo conjuntos. Este esfuerzo pasa por constituir un nuevo acuerdo más amplio e incluyente de lo logrado hasta la fecha.

Esto significa replantear la coalición opositora para dar cabida a las muchas energías sociales, intelectuales y políticas que, dispersas pueden disiparse, pero juntas lograrán transformar al país.

Va Por México, que se atrevió valientemente a señalar el camino a seguir en 2021, hoy deberá disponerse a la creación de un paraguas distinto, más amplio e incluyente, capaz de recoger las novedades de la sociedad mexicana: nuevas energías y nuevas organizaciones. En años recientes la sociedad mexicana se ha transformado, con el impulso de muchas iniciativas ciudadanas, todas encaminadas a la tarea de rescatar al país del autoritarismo y darle rumbo nuevo hacia la democracia. Existen las condiciones para construir una gran Convergencia Democrática.

El reto es de una dimensión histórica, sin afán de exagerar. Por esto, la oposición tiene la enorme responsabilidad de hacer un alto en el camino, darse el momento para repensarse y, luego, actuar con audacia y decisión.

Ha crecido la oposición social y política en organización y fuerza en los últimos dos años. El resultado electoral del 2021 comprobó ese hecho. Sin embargo, sigue siendo una fuerza dispersa, con luces y sombras. Las y los ciudadanos sin partido están organizándose como nunca lo habían hecho. De los primeros barruntos de organizaciones plurales, no-partidistas, hoy se van expandiendo por todo el territorio nacional, en número, fuerza y representatividad. La ciudadanía está perdiendo el miedo a expresar su oposición a las conductas cada vez más impositivas y arbitrarias de la autoridad. Aún así. existe una gran dispersión de esfuerzos.

Los partidos de oposición han avanzado en sus prácticas unitarias con notable madurez, sin poner por delante sus conocidas diferencias ideológicas e históricas. Pero diversas circunstancias y evaluaciones sobre coyunturas específicas, como lo reflejó la Moratoria Constitucional, han impedido concretar la unidad tan amplia y contundente como la que se requiere para enfrentar la encrucijada entre autoritarismo y democracia.

La coalición Va Por México, integrada por PAN, PRI y PRD ha representado una reconformación histórica de los bloques políticos en el país. Pero, conforme avanza el reloj político y se expresa una creciente agresividad del gobierno federal contra la oposición en general, es evidente que hoy se requiere crear una nueva ingeniería opositora.

Por ejemplo, ¿cómo darle su lugar y representatividad a Movimiento Ciudadano en la nueva ecuación política? O ¿cómo dar lugar, participación y reconocimiento a las organizaciones de la sociedad civil que están activamente participando en las grandes decisiones que habrán de tomarse en adelante? ¿Y cómo incluir los sectores influyentes aunque no organizados políticamente, pero no por ello menos importantes, como intelectuales, académicos, trabajadores de la salud, educadores, obreros, campesinos, pueblos originarios? ¿Y cómo incluir a católicos, judios y cristianos en la convocatoria?

La gran tarea de la oposición es convertir la inclusión de todos estos actores individuales y colectivos en piezas claves para impulsar una fuerza de abrumadora potencia que será capaz de vencer al autoritarismo en el 2024.

La invencibilidad de la fuerza opositora es un estado de ánimo social que se puede fomentar y consolidar. Para lograr ese estado de ánimo la oposición debe actuar, y pronto. En este momento lo más importante es organizar ese gran espacio plural. Después vendrá la definición sobre quién encabezará la candidatura presidencial.

El reto para la oposición es encontrar la ruta para esta integración, y que también sea funcional en su toma de decisiones. Entonces se podrá emprender el camino para definir las candidaturas más convenientes que aseguren la continuidad del México democrático y en libertad al que aspiramos.

Grandes peligros acechan a la frágil democracia en México. Fenómenos coyunturales dictan signos de adversidad en el camino a las elecciones estatales de 2023 en Estado de México y Coahuila, y hacia la mega elección de 2024. El gobierno de López Obrador ya ha revelado su plan para operar elecciones de Estado en toda la expresión de la palabra. No sólo piensa recurrir al uso ilimitado de recursos públicos, tanto económicos como materiales y humanos para lograr su objetivo de ganar el Estado de México el próximo año y retener, aunque sea por la fuerza, la Presidencia en 2024. También ha mostrado su disposición a utilizar las armas para mantenerse en el poder, de considerarlo necesario. Armas tanto constitucionales, como las ilegales.

Las elecciones recientes, tanto 2021 y 2022, han vivido la presencia de abierta intimidación por parte del crimen organizado para apoyar a las candidaturas de Morena. Y la población obviamente se siente amenazada cuando percibe la complicidad del Presidente de la República con “el señor Loera Guzmán”. Y la amenaza se duplica cuando el pueblo percibe que soldados, marinos y guardias nacionales obedecen la instrucción de no enfrentar, ni siquiera inhibir, las acciones de la delincuencia organizada en el país.

Las elecciones del 2023 y, especialmente, las del 2024 van a enfrentar al país con una encrucijada sin escapatoria. Si gana Morena el país seguirá por la senda de la destrucción institucional para convertirse en presa de una sola ideología y del pensamiento único, la progresiva eliminación de las libertades políticas y sociales, la prensa incluida, el desacoplamiento de nuestra economía de la de América del Norte (necesariamente abandonando el T-MEC) y la asociación de México con el eje China-Rusia, como referencia de asociación prioritaria, siguiendo la ruta de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Esto no es una proyección “catastrofista”. Sería simplemente la consecuencia lógica de la ruta iniciada, desde ahora, por López Obrador.

Frente a esa trayectoria, la oposición tiene que actuar unida en defensa de la Constitución, las libertades individuales y colectivas, prensa incluida, para preservar la democracia, la institucionalidad que asegura la pluralidad y tolerancia como firmamento de la nueva sociedad y la economía de mercado global que ofrece nuestra asociación estratégica, vía T-MEC, con el bloque regional de América del Norte.

Nuestro límite de acción y organización no son las estructuras actualmente existentes. La disposición a crear órganos superiores, flexibles y cada vez más unitarios, plurales y democráticos, es clave necesaria para abrir el camino hacia la victoria en 2024. Para seguir viviendo en una república constitucional.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@gmail.com

@rpascoep

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