TRES EN RAYA

Sector salud: El desastre ya está aquí

El resultado, hoy lo podemos decir sin exagerar, es el desastre total. Las ideas implementadas hasta la fecha han vulnerado en el proceso a millones de mexicanos que requieren o requirieron asistir en su momento a algún tipo de atención médica en nuestro país

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuestro sistema de salud está desahuciado. Estaba comprometido de tiempo atrás, pero las propuestas que se hicieron para convertirlo en algo parecido al modelo danés solo lo empeoraron. Síntoma de un gobierno también enfermo; enfermo por ineficiente, desorganizado, inexperto, prejuicioso y sin ganas de escuchar voces críticas, pero especializadas y avezadas en políticas públicas.

La salud universal prometida por López Obrador se ha quedado en un simple sueño calenturiento; no se quiso entender la complejidad del sector. Se desestimaron las advertencias, mismas que se le ofrecieron al gobierno federal de buena fe y desde el comienzo de la administración.

El resultado, hoy lo podemos decir sin exagerar, es el desastre total. Las ideas implementadas hasta la fecha han vulnerado en el proceso a millones de mexicanos que requieren o requirieron asistir en su momento a algún tipo de atención médica en nuestro país.

Menciono algunas de las acciones que han devenido en tragedia:

La administración pública federal decidió, sin más, desaparecer el Seguro Popular. Lo sustituyó con una cosa —no hay mejor manera de llamarlo— que se denominó el Instituto Nacional del Bienestar. Con ello elevó —no redujo— el número de personas que carece de acceso a servicios de calidad en salud, pasando de 21 millones de mexicanos sin cobertura en 2018, a 36 millones (cifras del Coneval).

Consiguió generalizar, institucionalizar y normalizar un desabasto de medicamentos al centralizar las compras en Hacienda. Es posible que usted, lector que me sigue en estos momentos, se haya visto afectado. En el proceso, el gobierno usó a casi todos los laboratorios nacionales de excusa, pero nunca sustentó jurídicamente sus acusaciones contra ellos.

Ante tamaño desaguisado, apostó luego por un acuerdo con la oficina UNOPS de las Naciones Unidas para que organizara la compra de medicamentos. Esto no terminó con el desabasto; de hecho, lo empeoró. Los padres quienes clamaban para que sus hijos con cáncer pudieran tener acceso a medicinas, quimios y radiaciones fueron tachados de complotistas, y las medicinas siguieron sin llegar.

Mientras tanto, el presidente López Obrador mantuvo al doctor Hugo López-Gatell a cargo de hacer frente a la pandemia del Covid. ¿Los logros? Que México ocupe el 5º lugar mundial con mayor número de víctimas mortales a causa del virus y tenga el deshonroso primer lugar en letalidad, pues tiene el número más alto de muertes: 5.6 por cada 100 casos confirmados. En nuestro país se registró durante el último año un exceso de mortalidad de 626 mil personas, la mayoría — no todas— atribuibles a dicha infección.

Más tarde, el régimen relanzó el sistema gubernamental de laboratorios farmacéuticos BIRMEX, con la promesa de convertirlo en la gran distribuidora de medicamentos del sector salud. Esta oficina ni siquiera pudo cumplimentar la licitación del IMSS para las dos entidades más céntricas y mejor conectadas del país (Ciudad de México y Estado de México). Como muestra del fracaso de este mecanismo, el propio Seguro Social lo desechó como posible distribuidor general. Afortunadamente el IMSS le puso un alto a tan fallido intento.

Ahora, luego del fracaso antes mencionado del INSABI, se propone un ‘IMSS-Bienestar’, el cual tendrá en su núcleo operativo, financiero y administrativo al mismo IMSS. Poco a nada se sabe aún de cómo funcionará, aunque se puede apostar que el diseño ideado no toma en cuenta la conformación del Instituto Mexicano del Seguro Social y la gestión de los ingresos de este.

A todo lo anterior, el sistema de salud presenta unas finanzas muy lastimadas, tanto por los recortes al de por sí magro presupuesto federal para el sector, como debido a la pandemia, al desaseo en las ocurrencias y a la mala administración del sistema en su conjunto.

López Obrador, defendiendo su propuesta de contratar 500 médicos cubanos para venir a México, espetó un “váyanse al carajo” a quienes lo han criticado. No se da cuenta que el sector salud ya se fue precisamente ahí. El desastre ya está aquí con nosotros.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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