VENTANA POLÍTICA

Aliado de Trump y Putin

El anuncio del presidente López Obrador de no asistir a la Cumbre de las Américas convocada por Estados Unidos

OPINIÓN

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Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El anuncio del presidente López Obrador de no asistir a la Cumbre de las Américas convocada por Estados Unidos en Los Ángeles es un grave error por varias razones.

En primer lugar, se trata de un nuevo desaire hacia el gobierno norteamericano que es el anfitrión del evento y como tal tiene la prerrogativa de decidir a quiénes convoca, independientemente de cómo se llame la reunión. López Obrador es un invitado y no puede imponer las reglas. No se puede acudir a una fiesta y poner como condición aprobar o vetar la lista de asistentes. Por lo tanto, es una injerencia indebida con el país y una agresión directa al presidente Biden, ambas totalmente improcedentes.

En segundo lugar, porque el primer compromiso de López Obrador es con los intereses de México y con los mexicanos, por encima de sus filiaciones o simpatías personales. A México le conviene estar alineado con sus socios comerciales y el principal de ellos es Estados Unidos. Está en los intereses de nuestro país fortalecer la integración en la región de América del Norte y el presidente tiene que velar por esos intereses y responderle a los mexicanos antes que a cualquier otro pueblo o gobierno.

En tercer lugar, porque los países excluidos de la convocatoria lo han sido en gran medida por su propia decisión. Nicaragua, por ejemplo, renunció a pertenecer a la OEA y su propio embajador hizo una dramática denuncia de los abusos de Daniel Ortega. Junto con Venezuela o Cuba comparten la ausencia de regímenes democráticos.

Ya lo dijo el secretario de Estado Antony Blinken, incluso después de haber recibido al canciller Ebrard hace unos días en Washington, que el principal objetivo para los países de América debe ser promover el desarrollo a través del fortalecimiento de las democracias. Esto no le queda claro a López Obrador, quien concibe la relación con Centroamérica de manera asistencial, basada en apoyos directos, programas sociales, dádivas, y no de desarrollo institucional, generación de empleos productivos, incorporación del sector privado y organizaciones de la sociedad civil, transparencia y rendición de cuentas para alcanzar un progreso sostenible.

De ahí la discordancia entre las visiones de López Obrador y de Biden sobre las relaciones de Estados Unidos y México hacia América y el choque de objetivos.

Lejos del pretendido heroísmo, la ausencia del presidente mexicano pondría en riesgo el pacto regional que busca atender las causas de origen de los crecientes flujos migratorios. El presidente no está defendiendo a los pueblos afectados, sino a las dictaduras de Maduro, Ortega y Díaz Canel.

Pero lo más serio es que coloca a Mexico como artífice de un boicot que compromete el liderazgo de la administración Biden, para regocijo de Donald Trump y Vladimir Putin. El primero lo capitalizará electoralmente, y el segundo agradecerá que distraigamos a Biden de su criminal invasión en Ucrania.

POR VERÓNICA ORTIZ
VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 
@VERONICAORTIZO

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