Conviene seguir otras regiones del mundo, las acciones de países clave: Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Israel.
Israel trató de mediar entre Rusia y Ucrania. El primer ministro israelí, Neftalí Bennet, se reunió con el presidente Putin a inicios de marzo.
Turquía, la segunda potencia en el mar Negro, miembro de la OTAN, segundo mayor ejército de la alianza, importador neto de hidrocarburos, territorio de tránsito de oleoductos y gasoductos y que controla los estrechos del Bósforo y los Daradanelos, tiene un claro interés en el fin de la guerra. Fue anfitrión de los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia, Lavrov, y Ucrania, Kuleba.
Posteriormente, fue sede de una ronda de negociaciones entre ambos países. El presidente Erdogan les señaló: “Tienen una responsabilidad histórica de alcanzar la paz”. Ucrania presentó una propuesta para un documento final de negociación. Erdogan invitó a los presidentes Putin y Zelensky a reunirse en Estambul para firmar ese eventual acuerdo que sería sometido a referéndum en Ucrania. Si sucede, mostrará la capacidad diplomática turca y fortalecerá su interlocución con Estados Unidos y la Unión Europea.
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se han negado a aumentar la producción petrolera para compensar las exportaciones rusas de petróleo y gas a Europa.
Su posición refleja, de acuerdo con diversas fuentes, una tensión con los Estados Unidos, aliado por décadas de las monarquías en la región. Para estos dos países es el momento de “reivindicar” las percibidas afrentas que han sufrido en los últimos años: primero, las negociaciones con Irán, iniciadas desde la administración de Obama, de las que Trump se retiró y ha retomado Biden. Segundo, la falta de apoyo de EU ante los ataques en contra de ambos países de los houthis o hutíes desde Yemen, apoyados por Irán. Tercero, el distanciamiento entre Estados Unidos y Arabia Saudita por el asesinato del periodista Jamal Kashoggi. Cuarto, el bloqueo por parte del Congreso estadounidense de venta de armas a dichos países.
El secretario de Estado, Blinken, participó a fines de marzo en la cumbre del Negev en Israel. Reunió a los ministros de Asuntos Exteriores de Egipto, Marruecos, Bahréin, Emiratos Árabes e Israel, para dar seguimiento a los Acuerdos de Abraham, impulsados por la administración Trump y a la normalización de las relaciones con Israel. En la Cumbre se abordaron los temas de Irán y la invasión rusa. Fueron notorias las ausencias de Jordania y el liderazgo palestino.
De acuerdo con expertos se trataron los temas de seguridad energética y alimentaria, uno de los orígenes de la Primavera Árabe.
Estados Unidos quiso enfatizar su involucramiento en el Medio Oriente, en un momento en que Rusia incrementa su influencia en Siria, Libia y China su presencia en la región a través del comercio y las inversiones por medio de la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARTHA_BARCENA
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