VENTANA POLÍTICA

La fallida lógica del déspota

Antes de la formación de la OTAN, Rusia ya era un régimen autócrata, represivo y militarista, receloso de los países occidentales

OPINIÓN

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Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial.

Entre la vasta información y opiniones sobre la guerra en Ucrania, una de las más interesantes es la conversación entre el editor de la revista The New Yorker, David Remnick, y Stephen Kotkin (https:// www.newyorker.com/news/q-and-a/ stephen-kotkin-putin-russia-ukrainestalin), historiador experto en Rusia y autor de la más acreditada biografía de Stalin, sobre los problemas del despotismo de Putin y de los autoritarismos en general. 

El profesor de Princeton empieza por refutar la idea de la responsabilidad de Occidente y particularmente de Estados Unidos en los eventos que llevaron a la invasión rusa. Kotkin señala que antes de la formación de la OTAN, Rusia ya era un régimen autócrata, represivo y militarista, receloso de los países occidentales. De ahí que culpar a Occidente de lo que está sucediendo hoy, no sea un argumento plausible. 

Rusia ha vivido en una permanente tensión entre sus aspiraciones de grandeza y sus verdaderas capacidades, siempre superadas por los países occidentales. Rusia ha sido una potencia, pero no la gran potencia. Y para disimularlo o simular poderío, ha creado un estado centralizado militar y económicamente, donde un autócrata despótico toma decisiones por su cuenta, convencido de su propia propaganda y visión conspiracionista del mundo. Para Kotkin esa es la constante de los regímenes autoritarios: son malos en todo. No logran garantizar la seguridad de su población, ni su educación o bienestar. 

Pero son buenos en lo único que necesitan para sobrevivir: suprimir alternativas. Si logran cancelar opciones políticas, mandando a la oposición al exilio o a prisión, podrán subsistir sin importar el nivel de incompetencia o corrupción que tengan. El resultado es una elite que permanece no por la prosperidad que genera sino por la riqueza que roban. 

El objetivo de los regímenes autoritarios no es el crecimiento económico sino el flujo de efectivo para sus clientelas políticas y para los leales al régimen, sobre todo las fuerzas de seguridad. Y si el dinero brota del suelo en forma de hidrocarburos y otros minerales, le permitirá a los opresores liberarse de los oprimidos y mantenerse en el poder. Con esa riqueza no se necesita de crecimiento económico para sobrevivir, por lo cual las sanciones económicas afectarán más a la población que al gobierno. 

Las sanciones más efectivas serán las que interrumpen la transferencia de tecnología, software y microchips que se requieren incluso para dirigir misiles. Putin estaba convencido de tener un ejército capaz de llevar a cabo un rápido golpe militar, someter a Kiev en cinco días, derrocar a Zelensky e imponer un gobierno bajo su mando, todo ello ante un Occidente dividido y debilitado. Evidentemente estaba equivocado. Y la consideración más importante es que Rusia no podrá ocupar Ucrania. No tienen los recursos militares, administrativos ni mucho menos la colaboración del pueblo ucraniano.

POR VERÓNICA ORTIZ
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