COLUMNA INVITADA

La vanidad y el fraude científico

En el Gobierno capitalino cometieron fraude científico por un consultor político con delirios de grandeza

OPINIÓN

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Federico Döring / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La frase emblemática de Al Pacino en la película “El Abogado del Diablo” reza así: “La vanidad es mi pecado favorito”, y viene a mi mente cuando trato de entender qué llevó a la científica Sheinbaum a permitir, tolerar e impulsar el fraude científico del politólogo José Merino.

El 23 de enero de 2021, el Gobierno de la Ciudad de México publicó su “evidencia científica” sobre un estudio realizado sin el consentimiento de ningún capitalino sobre el uso del medicamento Ivermectina, que se incluyó unilateralmente en los kits COVID con fines propagandísticos.

En marzo de 2021, saliendo justo de la segunda ola, Sheinbaum fue nominada por The City Mayors Foundation, por su manejo de la Pandemia en CDMX sin llegar a los 12 finalistas, ni siquiera a los 7 reconocimientos a esfuerzos y logros. Tristemente para Sheinbaum, no logró el reconocimiento y hasta ahora es Marcelo Ebrard el único exgobernante electo que lo ha logrado en 2010.

Dicha nominación más allá de lo ofensiva que resultó, puesto que la CDMX fue -hasta que el propio Merino saboteó, ese mismo mes de marzo, el trabajo de Mario Romero Zavala y Laurianne Despeghe-, la Ciudad con la tasa más alta de Exceso de Mortalidad del planeta con 9 mil 037 muertes/millón al 14 de febrero de 2021, estuvo basada en la propaganda de la supuesta “evidencia científica”, es decir, del estudio de la Ivermectina, y de otro caso que fue el Remdesivir.

En la coyuntura política dónde Sheinbaum intentaba diferenciarse lo más posible de López Gatell, decidió, aconsejada por su Rasputín electoral, tomar la iniciativa de experimentar con nuevos medicamentos. En el caso del Remdesivir anunció el 12 de febrero, la aplicación con fines de experimentación y monitoreo científico de mil 666 casos, el medicamento fue finalmente aprobado por la COFEPRIS el 12 de marzo, 3 días después de que el Congreso de CDMX la exhortara a hacerlo, por unanimidad a través de un punto de acuerdo que yo presenté.

A tal grado fue el despliegue propagandístico, que el 14 de mayo, la propia Sheinbaum presumía con bombo y platillo la “supuesta” reducción de entre 52 y 76 por ciento de la probabilidad de ser hospitalizado por #COVID. Bien lo ha dicho Juan Pablo Pardo-Guerra es una situación muy preocupante cuando “órganos del Estado activamente generan evidencia falsa con el fin de justificar sus acciones. Ésta es la situación que enfrentamos: integrantes de la administración pública de la Ciudad de México han utilizado plataformas de la comunidad científica internacional para difundir información falsa sobre la eficacia de posibles tratamientos contra el COVID-19”

Sheinbaum decidió utilizar un medicamento como la Ivermectina usada para el tratamiento de lombrices intestinales en animales y humanos. El origen de la brillante idea del Rasputín Digital surge de un estudio inconcluso de investigadores australianos en estudios “in vitro” donde los cultivos celulares arrojaron una eficacia relativa. Sin embargo, todo estudio “in vitro” implica la sobresaturación y difiere de la dosis real en un estudio “in vivo” por la falta de valoración del sistema inmune del sujeto. De ahí que el veterinario Adrián Liftschitz señale que “muchos confunden aprobación con indicación”.

De hecho, en su patética defensa, el Gobierno cita referencias de estudios sobre dicho medicamento de Brasil donde sí hubo consentimiento firmado de los pecientes de estudio y se concluyó su inutilidad contra el COVID-19 por falta de evidencia o el caso de la India donde en septiembre de 2021 el Consejo de Investigación Médica lo declaró inútil en medio de un escándalo al igual que la COFEPRIS de Sudáfrica.

La pobre excusa de Sheinbaum ha sido que ante la autorización de vacunas por la Organización Mundial de la Salud hasta finales de 2020 y la ausencia de vacunas y tratamientos para pacientes no tuvieron más opción que utilizar la Ivermectina en los kits COVID, pero ahí mienten de nuevo, pues el medicamento ya había señalado la Guía del Uso de Medicamentos de Eficacia No Demostrada en Pacientes con COVID-19 en Hospitales de la República Mexicana publicada por la Secretaría de Salud el 5 de agosto de 2020 como medicamento “No recomendado para el Covid”.

El meollo ético para el Gobierno de la científica radica en permitirle a un politólogo llevar a cabo una experimentación médica violando la metodología científica al no pedir el consentimiento por escrito de los pacientes, los preceptos éticos al no señalar en el estudio el manifiesto conflicto de interés de los autores, la Declaración de Helsinki, la Ley Federal de Trata de Personas y el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud.

Pero eso sí se ufanaban de haber innovado lo que ni López Gatell había logrado, con eso pretendían ganar el premio de la mejor Alcaldesa del Mundo por el manejo de la Pandemia, vaya mentada de progenitora. Repartieron al menos 200 mil dosis en los kits, para pavonearse política y propagandísticamente, y hoy día el estudio con la “evidencia científica” del 23 de enero de 2021 misteriosamente también ya desapareció de la página COVID del Gobierno de la Ciudad de México. Sólo queda el infame rastro de haber jugado con la salud de los capitalinos a través del manejo propagandístico de los kits COVID de Sheinbaum, vaya ironía en el Gobierno de la científica, cometieron fraude científico a través de un consultor político con delirios de grandeza, que sin menor recato ni reparo alguno pretendió construir desde el gobierno, la narrativa a la Goebbels de un supuesto caso de éxito utilizando a los capitalinos contagiados de COVID y con fragilidad económica como conejillos de indias.

POR FEDERICO DÖRING
DIPUTADO LOCAL DEL PAN
@FDORINGCASAR

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