COLUMNA INVITADA

Aprendiendo el juego del calamar, parte II

Para resolver el problema la aduana de Corea del Sur mejoró las capacidades de focalización a fin de que sea necesario inspeccionar menos paquetes y aprovechó las herramientas de detección automática, comúnmente conocidas por el acrónimo "ATR", es decir, "reconocimiento automático de amenazas" o "reconocimiento de objetivos asistido"

OPINIÓN

·
José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

La inteligencia artificial que están desarrollando en los escáneres de la aduana de Corea del Sur y el análisis del Big Data para mejorar el análisis de riesgo en los paquetes del comercio electrónico, se suman al tema del blockchain del que hablé en la columna pasada para darnos un panorama muy completo del uso de las nuevas tecnologías para combatir el contrabando y las malas prácticas aduaneras. 

El análisis de la Organización Mundial de Aduanas señala que en la aduana coreana todos los artículos transportados por correo o mensajería pasan por un escáner de rayos X. No obstante, el sistema está limitado a la participación de las personas. Es imposible, y más con el volumen de paquetes en aumento, que un inspector pueda analizarlo todo; además, por muy bien que haga su trabajo, después de un largo turno, puede llevarlo a errores de concentración. 

Para resolver el problema la aduana de Corea del Sur mejoró las capacidades de focalización a fin de que sea necesario inspeccionar menos paquetes y aprovechó las herramientas de detección automática, comúnmente conocidas por el acrónimo "ATR", es decir, "reconocimiento automático de amenazas" o "reconocimiento de objetivos asistido".

Durante estos años han trabajado en el desarrollo de algoritmos que permiten que los escáneres reconozcan objetos, se conecten con el sistema de orientación automatizado y muestren el nombre de los objetos en la parte superior de la imagen escaneada para ayudar a los analistas de imágenes. No están lejos de lograrlo.

Así, al comparar los datos recibidos del escáner con los datos contenidos en el manifiesto de carga o la declaración aduanal, el sistema de orientación automatizado podría verificar si los datos y la imagen recibidos del escáner coinciden. Y si se marca un envío, los funcionarios de aduanas recibirán una alerta para inspeccionar mejor ese paquete.

El proceso comenzó con el establecimiento de un proyecto de investigación en 2017 que se encargó de realizar un ejercicio de prueba. El equipo de investigación concluyó que era posible utilizar los históricos archivos de miles de imágenes escaneadas que tenía la aduana y elaborar una base de datos de referencia masiva para construir algoritmos ATR que identificarían una lista de bienes de alto riesgo. Modificándose o creando nuevos algoritmos en respuesta a entradas aprendidas y nuevos datos en un modo automatizado. En otras palabras, Inteligencia Artificial aplicada a los escáneres.

En el 2019, comenzaron a montar la infraestructura técnica requerida y, un año más tarde, llevaron a cabo el proceso de entrenamiento de la máquina para reconocer ciertos elementos de interés, como las armas. El algoritmo analiza imágenes en función de su forma, densidad y textura, e incluso números atómicos. 

Este sistema se actualiza periódicamente, y el año pasado centraron su atención en desarrollar funciones adicionales que necesitan los analistas de imágenes que trabajan en las oficinas de aduanas.

La tercera tecnología es el análisis de Big Data, es decir, el conjunto de datos de un tamaño o tipo mayores a los que las bases de datos tradicionales no tienen la capacidad de capturar, administrar o procesar. 

Desde el 2017 la aduana coreana ha comenzado a implementar esta tecnología. Primero identificó problemas específicos que quería resolver y los datos clave necesarios para resolverlos. Después se aseguró de recopilar estos datos y adquirir los faltantes, antes de desarrollar modelos de análisis. 

Esta última actividad, nos cuenta la OMA, se realizó por etapas. La primera área fue mejorar la capacidad de auditoría para combatir el fraude fiscal de manera más efectiva, seguida de permitir la comparación de datos de exportación e importación. Luego, analizaron dónde encontrar datos que aún no estaban disponibles para abordar otros problemas. En 2020, se estableció el sistema de Big Data para toda la organización y se creó un equipo designado para desarrollar y operar herramientas analíticas.

Lo más importante de lo señalado por la OMA, son las lecciones aprendidas por la aduana de Corea del Sur, en primer lugar, un requisito básico para el uso de la tecnología es el acceso a los datos. Pero los datos son un medio, no un fin. Por lo tanto, la segunda lección es que los equipos que desarrollan análisis deben comprender las diferentes necesidades del sistema aduanero, porque todos los proyectos exitosos centrados en la tecnología tienen como objetivo encontrar soluciones a los problemas reales que enfrentan los oficiales operativos. 

La tercera es que sea posible garantizar que las soluciones de Tecnologías de la Información se puedan mejorar después de su implementación, para crear ciclos virtuosos de retroalimentación; y por último señalan que es necesario desarrollar una estrategia global de innovación aprobada por la alta dirección del sistema aduanero y llevarla a cabo con el apoyo de sus distintas áreas, así como sus socios extranjeros en el caso de proyectos con una dimensión internacional y la participación de la iniciativa privada para fortalecer la seguridad y el cumplimiento de la cadena de suministro.

Así, para avanzar y seguir el camino de estas tecnologías como la OMA pretende, el ejemplo de la aduana de Corea del Sur se vuelve sumamente importante y estratégico. ¡Allá vamos!

POR JOSE IGNACIO ZARAGOZA AMBROSI
AGENTE ADUANAL Y EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@IGNAQUIZ

PAL