Recientemente un grupo de siete países: Chile, Dinamarca, Francia, Alemania, Montenegro, Sri Lanka y el Reino Unido firmaron la iniciativa No New Coal, para poner fin a la construcción de nuevas plantas a carbón.
Incluso Alok Sharma, presidente de la COP 26, a celebrarse en Glasgow, Escocia, a principios de noviembre, mencionó que su objetivo para la cumbre es “consignar el carbón a la historia”.
Los esfuerzos para descarbonizar el planeta están llegando a extremos inimaginables. El último Informe del IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, señala que nos encontramos en “alerta roja para la humanidad”, y advierte que ya hay efectos irreversibles en el planeta.
El informe menciona que el aumento de la temperatura podría traer consigo más precipitaciones e inundaciones, ya que, como es evidente, no hemos logrado contener el aumento de la temperatura del planeta en 1.5 grados, que fue la meta establecida en el 2015.
En ese mismo año se establecieron los 17 Objetivos y 169 Metas de Desarrollo Sostenible dentro de la Agenda 2030 de la ONU; de igual forma, en la COP 21 en París, se llegó a un acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar las acciones necesarias para un futuro sostenible.
Todo es cuestión de voluntad, como lo dice Bill Gates; se necesita pagar la “Prima Verde” para poder impulsar y detonar de manera más eficiente los esfuerzos para combatir el cambio climático en el mundo.
Como humanidad, nos enfrentamos a múltiples retos de sobrevivencia, pero los hemos podido superar; antes de la invención de la electricidad vivíamos en la obscuridad y antes del descubrimiento del petróleo y sus derivados nos movilizábamos a caballo y en carretas.
Supongo que –en su momento– extraer y refinar el petróleo supuso importantes esfuerzos tecnológicos y monetarios que se resolvieron para seguir avanzando en la transformación industrial.
Cuando el ser humano se propone superar las adversidades o los retos porque de eso depende su supervivencia, siempre lo ha logrado. Ojalá lo que se discuta y proponga en Glasgow se aborde con eficacia por todas las naciones y pueblos del planeta porque, de no hacerlo, entonces sí las consecuencias serán catastróficas para nuestra especie y nos estaremos encaminando hacia la extinción que nosotros mismos provocamos.
POR ISRAEL HURTADO
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE HIDRÓGENO
@ISRAELHURTADOA Y @AHIDROGENO
MAAZ