SALTO CUÁNTICO

¿Qué fue de la educación ambiental?

En nuestro país hace falta un programa que garantice la solución ante el tráfico de aves exóticas; todo empieza desde el nivel básico escolar

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El tráfico de aves exóticas en México es alarmante y, pese a que existen organismos de protección de especies, el gobierno mexicano no cuenta con ningún programa que garantice una solución ante este delito, persistente desde hace décadas.

En zonas como Cancún, Puerto Vallarta y la huasteca potosina —sólo por mencionar algunos ejemplos—, la guacamaya verde militar, la roja, el loro cabeza amarilla, entre otros, se venden en elpaís entre dos mil y tres mil pesos, pero el negocio no está aquí, sino en el extranjero, donde esas mismas especies se comercian hasta en tres mil dólares.

Pese a que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la encargada de dar seguimiento y protección a todas las especies de animales en peligro, sus esfuerzos son estériles ante los saqueadores de nidos. La Norma Mexicana 059 (NOM 59), en la que hasta 2020 consideraba una lista con 535 especies en peligro de extinción, 912 amenazadas, y mil 183 sujetos a cuidados especiales, también ha servido muy poco.

Uno de los principales problemas es que los saqueadores son los mismos pobladores, quienes conocen dónde anidan, saben manejarse entre la naturaleza y entran para destruir los nidos y llevarse a los polluelos, muchas veces matando a los padres.

“El gobierno no tiene nada para tratar de reintroducir a las especies que han sido capturadas, pues no pueden liberarse tan fácilmente una vez que entraron a cautiverio, entonces se pierden cientos de aves durante el proceso”, me decía un rescatista de la zona de Puerto Vallarta.

Lo que han documentado en aquellos lugares de Jalisco es que, de todas las especies de aves capturadas, sólo 10% llega a su destino final (comprador), o sea que muere casi 90% durante el trayecto. Dentro de las cosas todavía más lamentables, es que el propio gobierno mexicano conoce perfectamente los lugares donde se ofertan las especies protegidas. Tan sólo en la CDMX, mercados como el de animales de la colonia Morelos, o en el de Sonora se venden estos ejemplares al mayoreo.

Usan locales fachada donde hay especies que sí tiene permiso para ofertarse, pero el mercado negro se vive detrás de los mostradores: búhos, lechuzas, halcones, tucanes, guacamayas, etc, de todo se encuentra ahí. Es un tema de dominio público, lo usuarios lo sabemos, ¿a poco el gobierno no?

Sobornos y moches se desembolsan todos los días en esos lugares para que las autoridades se hagan los ciegos ante lo que ocurre, son parte de la mafia. Mientras, miles de aves mueren en manos de humanos que simplemente por vanidad adquieren estos ejemplares, que no saben cuidar, alimentar ni tratar.

La tala inmoderada y la mancha urbana —que a fuerza quiere vivir dentro de la naturaleza—, son otros grandes problemas que se suman ante esta situación. Sin embargo, el más grave es la falta de una buena educación ambiental desde el nivel básico, que casi no se trata en las escuelas. De no atender esta situación de manera urgente, dentro de muy poco dejaremos de apreciar a estos bellos psitácidos volando y viviendo libremente.

POR KARINA ÁLVAREZ
K.ALVAREZ.ROSAS@GMAIL.COM
TWITTER: @KAFARK84

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