COLUMNA INVITADA

La subestimación de la ultraderecha en Europa

Este fenómeno ha logrado instalarse en la arena política de El Viejo Continente con triunfos electorales

OPINIÓN

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Enrique Raijman / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Prácticamente en todo el continente europeo han surgido formaciones y movimientos de ultraderecha, que no sólo han alcanzado representación parlamentaria, sino han conseguido formar parte de algunos gobiernos, e incluso, liderarlos, tal es el caso de Hungría con el Fidesz y en Polonia con el PiS. Lo cierto es que en una región en la que predomina el sistema parlamentario es evidente que este fenómeno no es marginal, no es residual y, mucho menos, debe ser subestimado.

Es importante resaltar que el potencial electoral ultraderechista ya existía en Europa mucho antes de la llamada crisis de refugiados de 2015; no obstante, ante las recientes crisis de representación, del conservadurismo, así como la crisis del capital y crisis social, los partidos políticos de ultraderecha han encontrado la fórmula para capitalizar electoralmente el descontento y la indignación de sectores con posturas nacionalistas, nativistas, xenófobas y euroescépticas.

Lo anterior se puede observar en Italia con Lega Nord; en Francia con RN; en Alemania con AfD; en Austria con FPÖ; en Bélgica con VB; en la República Checa con SPD; o en España con VOX, por mencionar algunos ejemplos que, además de mostrar la crisis de los partidos políticos tradicionales en Europa, muestran cómo la ultraderecha ha logrado instalarse cómodamente en la arena política de El Viejo Continente con triunfos electorales que rebasan los dos dígitos porcentuales.

Asimismo, un elemento crucial para entender el éxito de la ultraderecha es la elaboración de relatos y narrativas, que de acuerdo con las particularidades de cada país, articulan valores irrenunciables para ciertos sectores y que, al mismo tiempo, activan emociones como el miedo, el odio, la indignación y la frustración. En tal sentido, las fuerzas de ultraderecha han entendido que la instrumentalización de estas emociones, que se retroalimentan entre sí, es una de sus mejores armas. Adicionalmente, suelen simplificar la información, establecer lógicas binarias y aumentar la tendencia a caer en el reduccionismo.

Otro elemento en común que emplea la ultraderecha en Europa es la llamada “provocación estratégica”. Dicho lo anterior, la derecha radical se ha alimentado del cuestionamiento de consensos sociales que parecían intocables. Estos cuestionamientos generan una disrupción en el debate público, y por el nivel de controversia, sus declaraciones se convierten en un imán para la atención pública, en particular para los medios de comunicación, quienes han contribuido en amplificar su mensaje, en otorgarles centralidad y en reproducir una y otra vez sus narrativas.

Por el momento, no hay una revolución ultraderechista en proceso, ni tomarán el poder o destruirán el proyecto europeo de un día para el otro, sin embargo, tal vez, el verdadero riesgo para el proyecto supranacional y geopolítico del bloque consiste en continuar subestimando a la ultraderecha.

ENRIQUE RAIJMAN POLICAR
ASOCIADO DEL PROGRAMA DE JÓVENES DEL COMEXI
@KIKERAIJMAN

dza