LÍNEA DIRECTA

A votar

El próximo domingo 6 de junio, la obligación de todo ciudadano mexicano es acudir a las urnas

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde 1997, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ganó la Ciudad de México, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano al frente, no habíamos tenido una elección intermedia tan competida y polarizada.

El enorme interés de la ciudadanía por acudir a las urnas se presenta en ambos extremos del mapa político nacional.

Y es que lo que está en juego es la definición del proyecto de nación a construir en los próximos años.

También lo está el futuro del sistema electoral mexicano, que ha sido descalificado de pies a cabeza por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, quien abiertamente pretende sustituirlo por otro, controlado desde el propio gobierno federal, a semejanza del viejo modelo de la hegemonía priista.

La polarización impulsada y reforzada diariamente por el Ejecutivo no dejó espacio para los matices propios de una democracia representativa y plural.

La alianza PAN-PRI-PRD fue una respuesta de supervivencia, cuyo único denominador común fue oponerse al nacionalismo revolucionario de Morena y su caudillo.

Para el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados un triunfo representa seguir impulsando la profundización de esos cambios independientemente de los daños y perjuicios que se causen en el trayecto.

Por eso es que la apuesta de Movimiento Ciudadano (MC), aunque popular en algunos estados, se presenta como altamente oportunista, al moverse entre dos aguas, pretendiendo representar la bandera de la oposición.

Un argumento que se ha utilizado ante la desilusión manifiesta de un segmento ciudadano frente a las políticas de las Cuarta Transformación y que votó por esta opción en el 2018, es que “no se podía saber” o “no pensamos que sería así”, como si Andrés Manuel López Obrador los hubiera engañado.

Jamás existió ocultamiento alguno por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre su visión de país y su concepción de la economía o la política.

Quien no lo quiso ver, contando con la capacidad analítica para hacerlo, fue por voluntad propia, resentimiento social, o cualquier otra telaraña mental.

El próximo domingo 6 de junio, la obligación de todo ciudadano mexicano es acudir a las urnas y con el pleno conocimiento de aquello que ha vivido en estos dos años y medio de administración de la Cuarta Transformación , darle un voto de confianza a Andrés Manuel López Obrador y Morena, o poner un alto a la profundización del nacionalismo revolucionario encarnado en la figura presidencial.

Ninguna otra cosa se estará decidiendo el domingo.

Se trata nada más, pero nada menos, de la continuidad y profundización de la Cuarta Transformación, o la contención de este proyecto por parte de una oposición heterogénea con diversos intereses y cuyo único objetivo es evitar desaparecer del mapa político nacional junto con la democracia representativa como la conocemos hasta hoy.

Así que el próximo domingo: a votar.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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