Hace un año, aventurábamos en este Acceso Libre sobre la forma en la que los gobernantes y ciudadanos mexicanos afrontaríamos la pandemia. Tristemente, los pronósticos más negros sobre el avance del coronavirus se cumplieron. Los estragos son particularmente duros. Con datos proporcionados por el Registro Nacional de Población, la periodista Nayeli Roldán y la plataforma ciudadana Proyecto Li, calcularon que por la pandemia han muerto 335 mil 712 personas, es decir, 1.5 muertes por minuto durante 2020; cada hora fallecieron 38 mexicanos. Las cifras oficiales únicamente reconocen una tercera parte de estas muertes, lo demás está perdido en el caos y la negación oficial.
Como si la muerte no fuera la consecuencia más difícil de asimilar de esta pandemia, los mexicanos tenemos que lidiar ahora con la realidad: desempleo, cierre de fuentes de ingresos, afectaciones al ahorro, por decir lo menos. La economía mexicana cayó 8.5 por ciento en 2020, una caída sin precedentes para la historia nacional; de acuerdo con el INEGI, las actividades industriales tuvieron una caída del 10 por ciento; el sector servicios cayó más de siete puntos.
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El empleo, la única fortaleza real de los hogares mexicanos, fue apaleado: de acuerdo con las cifras del IMSS, casi 650 mil mexicanos se quedaron sin empleo. Las mujeres retrocedieron hasta 10 años en su avance en el mundo laboral, de acuerdo con la CEPAL; en el primer mes de la pandemia, durante marzo de 2020, las llamadas para reportar violencia de género al 911, aumentaron 22 por ciento. Encierro, pobreza y violencia.
El año de confinamiento y de incertidumbre llevará a cerca de 12 millones de mexicanos a la situación de pobreza, afectando a una cuarta parte de la población mexicana. Ni el Programa de Apoyos para Gastos Funerarios a Familiares de Personas Fallecidas por COVID-19 ha funcionado adecuadamente. Casi la mitad de las 146 mil solicitudes recibidas han sido rechazadas. De por si la enfermedad golpea, la indiferencia y la mala planeación gubernamental termina por derrotar a las familias.
Sin duda nadie está preparado para enfrentar una pandemia de esta proporción, pero justamente por ello, todas las acciones del gobierno deberían de ser claras, expeditas, auditables y, sobre todo, humanas; sin embargo y como hace un año en esta misma columna lo escribí, el tiempo pondrá a cada quien en su lugar. Pero los ciudadanos son quienes tienen más que perder frente a la información a cuenta gotas, contradictoria y el mal ejemplo; ante la asfixia de las fuentes de ingresos, ante el trato inhumano al personal de salud y a los enfermos. Ante un plan de vacunación ahora mal ejecutado. Y a un año, las pérdidas se siguen acumulando.
CONTRASEÑA: Para quitarle sombras a la muerte de Leonel Luna, candidato a diputado federal por el distrito 17 de la coalición PRI, PAN y PRD, hace falta conocer de dónde había salido momentos antes de estrellar su auto en la alcaldía Iztapalapa. También, despejar las dudas sobre si era o no víctima de extorsión, como lo han denunciado otros políticos en la capital.
POR CARLOS ZUÑIGA PÉREZ
@CARLOSZUP
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