COLUMNA INVITADA

Soy feminista

En noviembre desaparecieron Bianca Alexis y Sofía Alejandra, de 12 años. Y cerramos el año con los asesinatos de Sandra Ibeth Ochoa y Ana Gómez

OPINIÓN

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Circe Camacho/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Les voy a contar un secreto: las mujeres no nacemos siendo feministas. En serio. 

Conforme crecemos, algunas mujeres nos damos cuenta que la sociedad nos trata diferente, y casi siempre es para impedirnos alcanzar nuestras metas y ejercer nuestros derechos

Entonces, conocemos a otras mujeres, en persona y en libros, que se dieron cuenta de estas diferencias y trataron, primero, de explicarlas, y luego de resolverlas. 

Para entenderlo mejor, basta con revisar un poco lo que vivimos en 2020, año en el que una mujer fue asesinada cada dos horas y media, en promedio. 3 mil 723 mujeres asesinadas; 940 de estos crímenes fueron catalogados como feminicidios y el resto fueron “simples” homicidios dolosos. 

Aquí hago un pequeño paréntesis: sí, desafortunadamente en este país mueren más hombres, pero no son asesinatos motivados por el desprecio, el odio, el placer o ese falso sentido de propiedad que algunos creen tener sobre nosotras. Tampoco tienen ese cruel componente de ser cometidos por una persona cercana, con la que hay un vínculo familiar o emotivo, ni suceden en el interior mismo del hogar. 

Enero nos abofeteó con los feminicidios de Yunuén López e Isabel Cabanillas, a los que se sumaron el de la niña Fátima y el de Ingrid Escamilla, y las fotos de su cadáver, que filtró la propia autoridad, en la prensa amarillista. Al diablo la dignidad humana y el debido proceso. 

En abril, otra menor, Ana Paola, fue violada y asesinada en su casa mientras su madre salió a comprar víveres. Luego supimos de Diana Raygoza, asesinada de 39 puñaladas, en mayo.  

Junio nos conmocionó con los asesinatos de Elizabeth Montaño y #LaBebaDeAragón, una menor abusada y asesinada, encontrada en una maleta abandonada bajo un puente. Ella no tuvo derecho ni a tener un nombre. 

En agosto, Elsy, de 12 años, salió de su casa y nunca volvió. Días después, el cuerpo de Danna Reyes, de 16 años, fue encontrado envuelto en llamas. Sobre este caso, el flamante fiscal Guillermo Ruiz comentó “la niña pues también traía tatuajes por todos lados”. Por supuesto que sigue en el cargo. 

La activista Mireya Rodríguez y Jessica González fueron asesinadas en septiembre. En octubre, Ayelín, de 13 años, tampoco regresó a su hogar. 

En noviembre desaparecieron Bianca Alexis y Sofía Alejandra, de 12 años. Y cerramos el año con los asesinatos de Sandra Ibeth Ochoa y Ana Gómez. 

Son sólo los casos más sonados, los que destacaron por las protestas de familiares y feministas, o porque fueron tan cruentos que la prensa no los dejó pasar. 

Y así, después de notar esas diferencias en el trato y asqueadas de la violencia feminicida es que las mujeres encontramos un faro en el feminismo, en esas voces que nos van inculcando la idea de buscar transformar nuestra realidad para ser verdaderamente libres y felices. 

POR CIRCE CAMACHO
COORDINADORA DEL PARTIDO DEL TRABAJO, EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 
@CAMACHOCIRCE 

avh