Reflexiones constitucionales

Las copias al carbón...

El Presidente habla y confunde el neoliberalismo con el añejo conservadurismo

Las copias al carbón...
Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Estamos concluyendo el año que marca la mitad del régimen del presidente López Obrador y claramente sus metas y objetivos encuentran su última fase: por un lado, mantener el proyecto de la Cuarta Transformación que, supuestamente representa un cambio estructural; en segundo término, conservar el poder y la fuerza electoral, para obtener la victoria en las elecciones de 2024.

En cuanto a lo primero, existe incertidumbre y poca claridad: en lo interno el Presidente habla y confunde el neoliberalismo con el añejo conservadurismo, piensa que es lo mismo Margaret Thatcher que Porfirio Díaz; esta confusión lo lleva a ser antineoliberal en lo interno, y compañero de viaje y aliado del neoliberalismo a nivel global.

Por otra parte, su justa aspiración de “redimir la pobreza” se convierte en todo lo contrario, cuando no relaciona el crecimiento y el desarrollo económico con la distribución del dinero en programas sociales, y cuando las metas productivas del país se ven reducidas sensiblemente. Lo que si entiende muy bien –ya que es su especialidad— es el enfoque electoral y la construcción de grupos de apoyo.

Por ello, sin duda logrará que su movimiento gane las elecciones del 2024 con el candidato o candidata que él sugiera; es más, parece estar decidido y se trata de encontrar una copia al carbón que se parezca a él mismo; lamentablemente las copias cada día son más borrosas e ilegibles; no hay nadie en el horizonte político que tenga el carisma y la popularidad del presidente, la cual no se puede transmitir por ósmosis, ni por transfusión, ni por ningún otro medio.

En consecuencia, sus precandidatos unos han sido –o son— neoliberales como el embajador de México en EU o el exsecretario de Salud, ahora representante de México ante la ONU. Otra más –de profundas raíces panistas— la Secretaria de Economía. Otro totalmente rebelde y chocando frontalmente contra el capricho de las encuestas, éste precandidato despacha en el Senado y en la última sesión le gritaron “¡presidente!, ¡presidente!”.

Otro más conserva buenas relaciones con el Imperio Americano, pero le pesa su independencia por un lado y, lamentablemente, “las obras del metro” que se construyeran en su administración como jefe de Gobierno.

Y la última, que actualmente gobierna la CDMX y que dice “A” cuando en la mañanera el presidente dice “A”, o “bu” cuando en la noche el Presidente dice “bu”, la más clara copia al carbón.

Nadie más se ve en el horizonte político. Como decía Rubén Figueroa: la caballada está flaca.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

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