Además de que la violencia contra la infancia en México se incrementó a partir del confinamiento derivado de la pandemia, las niñas, niños y adolescentes en nuestro país y el mundo, ahora conviven con el miedo a no contagiarse y la depresión dentro y fuera de los salones de clases.
Primero, recordemos que en México, seis de cada 10 niños, niñas o adolescentes entre uno y 14 años han experimentado algún tipo de disciplina violenta o maltrato en su hogar, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud. Aunado a esto, según un estudio realizado, en medio de la pandemia, por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), alrededor de uno de cada cinco jóvenes entre 15 y 24 años, afirmó sentirse a menudo deprimido o con poco interés en hacer planes.
El deterioro en materia de salud mental en la infancia y adolescencia ha crecido significativamente. Según datos de la UNICEF, al menos uno de cada siete niños se ha visto directamente afectado por los confinamientos en todo el mundo, mientras que más de 1.600 millones de niños han sufrido alguna pérdida en su educación.
El Estado Mundial de la Infancia 2021 reveló que uno de cada siete adolescentes de 10 a 19 años en el planeta tiene un problema de salud mental diagnosticado. Los que más prevalecen son: la ansiedad y la depresión, con un 42,9 por ciento, y por sobre los trastornos del comportamiento 20,1 por ciento, los trastornos por déficit de atención e hiperactividad 19,5 por ciento y la discapacidad intelectual idiopática 14 por ciento.
Estamos frente a una crisis en materia de salud mental en la infancia y adolescencia en el mundo, sin que hasta el momento las naciones de manera paralela a las medidas que se toman para luchar contra el COVID19, lleven acciones emergentes que ponderen esta problemática.
Sabemos que los protocolos sanitarios ya están en todos lados – o en casi todos, sin tomar en cuenta todas esas zonas alejadas de las ciudades donde ni siquiera hay escuelas con los servicios urbanos necesarios, puertas o bancas - pero nadie o muy pocos están implementando acciones de apoyo psicológico que les permita a niños, niñas y adolescentes a sentirse seguros sin temor a nada, fuera o dentro de sus aulas.
Las secuelas de la disciplina violenta desde la infancia y adolescencia son para toda la vida, éstas afectan aspectos cognitivos, sociales, conductuales y psicológicos entre otros.
Siempre he pensado que la violencia, en cualquiera de sus formas representa la incapacidad del ser humano para establecer comunicación, por ello es más fácil la imposición, el abuso y la burla de los adultos o de los “mas fuertes”. Urgen acciones que coadyuven a la construcción de una sociedad más sólida, libre y pacífica, que el buen trato sea una práctica común y se convierta en la naturalidad desde temprana edad si queremos adultos sanos mentalmente.
Esto es responsabilidad de todas y todos.
#EnCorto
El Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, llevará a cabo una visita a México del 15 al 27 de noviembre de 2021, durante este periodo, los miembros de la Delegación se van a entrevistar con las autoridades, así como con víctimas, organizaciones de la sociedad civil, colectivos y otros actores relevantes.
Las organizaciones o víctimas que requieran enviar información y participar en reuniones, deben mandar un mensaje antes del 5 de noviembre de 2021 a las siguientes direcciones electrónicas: ohchr-ced@un.org, albane.prophette@un.org.
POR SOFÍA GARCÍA
@SofiGarcíaMX
MAAZ