DESDE AFUERA

El desafío de Biden

Su reto más grande es su promesa de buscar formas de superar la división política en un país tan polarizado

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca es para muchos una bocanada de aire fresco, luego de los caóticos cuatro años de gobierno de Donald Trump.

Pero la verdad sea dicha, la nueva administración enfrenta muchos y enormes obstáculos reales. Y un riesgo: convertir a Trump en un mártir político.

Un problema para Biden serán las expectativas difíciles de satisfacer. Su gobierno tiene el apoyo de pequeñas minorías legislativas, tanto que en el mejor de los casos obligarán a una constante negociación y concesiones, o como ocurre hace años, a gobernar con medidas administrativas, o sea por decreto presidencial.

Y en ese marco, el desafío más grande para Biden, por supuesto, es su promesa de buscar formas de superar la división política en un país tan polarizado como Estados Unidos.

Eso será un trabajo ingente. El convencer a quizá 30% de sus conciudadanos de que es un Presidente legítimo y que su elección fue legal, sin trampas.

Pero no va a ser fácil. Donald Trump, el presidente saliente y candidato derrotado, es todavía enormemente popular entre los republicanos de base y los sectores de derecha que atrajo al partido.

El propuesto juicio de impugnación de Trump podría convertirse en un freno a la agenda de Joe Biden, que tradicionalmente debería ser presentada aceleradamente durante los primeros 100 días de su régimen, así como en un nuevo motivo de polarización.

De acuerdo con una encuesta de IPSOS-AXIOS publicada el jueves, 64% de los republicanos apoya el comportamiento reciente de Trump, 57% de ellos está a favor de que el mandatario saliente sea el candidato presidencial republicano de 2024, y sólo 17% estaría a favor de que fuera destituido.

En otras palabras, lo más probable es que Trump mantenga una considerable fuerza electoral en el partido, especialmente para los ciclos de 2022 (elecciones congresionales) y 2024 (generales), incluso si fuera condenado en el próximo eventual juicio en el Senado y se le prohibiera ocupar un cargo federal.

Para un número de republicanos, especialmente en el ala derecha, tal condena podría ser más una venganza política que un acto de justicia.

Cierto que algunos republicanos, principalmente los más tradicionalistas, desearían que se rompiera el vínculo entre Trump y su partido, pero la realidad es que sea por convicción o por temor, sólo 10 de los 207 diputados republicanos votaron en favor de la propuesta de impugnación aprobada el miércoles con 222 votos demócratas.

Peor aún, ahora está el temor de que un intento de marginar a Trump y sus partidarios ofrezca nuevos pretextos a los grupos más extremos, que según especialistas podrían incluso pasar a la clandestinidad, o por lo menos obliguen a los republicanos a endurecer su oposición o sus obstáculos al nuevo gobierno.

Para muchos, este columnista incluido, Trump cosecha lo que sembró. Pero eso no ayuda al gobierno Biden.

 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1