TRES EN RAYA

¿Sabes cuál vacuna te tocará?

Insondeable conocer los parámetros para que una fracción de la población sea vacunada con unas u otras

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Vacunar es el tema, la propuesta y también lo más ansiado. Aunque, como todo lo que parte de la 4T, las posibilidades de que nada resulte lo que parece, son inmensas.

Las noticias dadas por los encargados de la campaña de inoculación son confusas, parciales e incluso contradictorias. Así, un día se dice que ya están firmados los convenios —que abarcarán un numero suficiente de dosis para toda la población mexicana que requerirá la vacunación—; otro día que ya están compradas; uno más que se tiene todo el dinero para adquirirlas, lo que de inmediato es negado por el presidente de Morena, quien propone donar el presupuesto que le corresponde a los partidos para poder comprar las vacunas. Habría que decir, asimismo, que el titular del ejecutivo federal de pronto atrasa la fecha de conclusión de la vacunación de los mayores de 60 años de marzo a abril, para luego volverla a adelantar.

Todo es preocupante, pero algunas cosas más que otras: ahora resulta que siempre sí se nos inoculará con vacunas rusas, mientras que las que corresponderán a los mexicanos de la tercera edad serán las chinas (las menos recomendadas para este estrato de la población). Además, que ya inicia la vacunación masiva, aunque aún no llegan a territorio nacional los millones de vacunas necesarias para afirmar que esta campaña, en su primera etapa, concluirá exitosamente. Vale agregar a lo anterior que, al día de hoy, ni las vacunas Sputnik-V ni las CanSino han sido aprobadas por las instancias internacionales más reconocidas en materia de salud.

Hasta ahora el esquema de vacunación ya ha sufrido demoras y no hay nada que asegure que no puedan volver a ocurrir más adelante. Aunque los militares son los encargados de la logística para su transporte y resguardo (se aplaude) son muchas las interrogantes sobre cuándo, dónde y cómo iniciarán las inoculaciones, y en qué estados y municipios.

Adicionalmente, a las dudas y a los problemas inherentes a la logística y despliegue del plan de vacunación propuesto, hay el asunto no menor de qué vacuna será la que nos tocará a cada quien. Empezando con las rusas, las cuales además de no contar con autorizaciones internacionales, expertos médicos han cuestionado su mecanismo, fórmula y hasta proceso de producción.

La estrategia de compra y utilización se hace al revés en México, pues primero se debería contar con todas las validaciones internacionales, después con la autorización nacional emitida por la COFEPRIS y, por último, comprar y aplicar las vacunas.

Insondeable conocer los parámetros gubernamentales utilizados para que una fracción de la población mexicana sea vacunada con las chinas, rusas, belgas, alemanas, americanas o inglesas. ¿Por qué ser vacunado con una y no con otra? ¿Qué lo determina? ¿El azar? Una vez que se conozca el nivel logrado de inmunidad por unas y otras, o bien los efectos secundarios, habrá una parte de la ciudadanía que no quiera recibir “x” o “y” marca, y prefiera otra. Que se demande en lo individual o en lo colectivo al gobierno por haber sido inoculado con determinada vacuna. O, peor, que haya graves consecuencias en la salud de millones de habitantes como producto de alguna.

Obviamente hay dilemas previsibles y no necesariamente evitables, y si bien la decisión de cuál vacuna recibir no debe ser aleatoria, ¿es viable permitir que sea el ciudadano quien decida cuál prefiere recibir? Claro está, siempre existe el derecho humano de rechazar ser vacunado, pero el esquema gubernamental de vacunación no debe en sí mismo propiciar esto último.

A lo anterior, los jaloneos entre los miembros del gabinete están a todo lo que dan. Al ser cuestionado López Obrador sobre los contratos de adquisición y características mismas de las vacunas, dijo que estos se podían abrir y transparentar. Sin embargo ahora conocemos que la información sobre ellos fue reservada, tanto por la Secretaría de Relaciones Exteriores como por la de Salud. El canciller Marcelo Ebrard explicó que las empresas desarrolladoras son las que pusieron restricciones.

Si es cierto o no que las limitaciones a la divulgación de esta información están dadas por los propios fabricantes de las vacunas, pronto lo sabremos. Y, por consecuencia, también conoceremos o no el precio en que se le vendieron a México; bueno, al menos las de libre mercado (probablemente nunca en lo que corresponde a las chinas y a las rusas).

El reservar la información sobre la compra de las vacunas levanta muchas sospechas, tanto acerca de su calidad como desde la óptica presupuestal, por lo que sería ideal transparentar la compra de las mismas. Esperemos que las autoridades federales se den cuenta de esto. Ya fue solicitada dicha información por el PAN, aunque seguramente la administración federal terminará desechando esta solicitud.

Por último, preocupa también —aunque López Obrador lo desestimó— la razón para que un juez federal otorgara un amparo para cambiar la política nacional de vacunación, pues esta al parecer no se ajusta a los lineamientos de la Organización Panamericana de la Salud.

Los muertos por el covid continúan, lo cual demuestra que nadie le gana a la muerte, pero tampoco se debería ayudar desde la autoridad gubernamental para que esta siga sumando inocentes al por mayor. Y eso pasa primero por que en México todos tengamos la mejor y la misma calidad en las vacunas que nos administren. Y esto cada vez se ve más complicado suceda.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO