FUERA DE TONO

Trump y AMLO: Absurdas comparaciones

Los dos mandatarios se sitúan en las antípodas del pensamiento político e ideológico. De nada sirve comparar

OPINIÓN

·
Hernán Gómez Bruera / Fuera de Tono / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Absurdas y forzadas comparaciones entre la realidad de EU y México tuvieron lugar la semana pasada tras lo ocurrido en el Capitolio. Empeñados en demostrar un presunto parecido entre AMLO y Trump, leímos comentarios francamente ridículos:

“No se nos olvide que lo que hacen Trump y sus zombies ahora lo hizo López en 2006. Y lo volverá a hacer...”, tuiteó Gabriel Quadri haciendo un Quadri. En un mensaje más, escribió: “López y Trump. México 2006, Washington 2021. Paralelismo inquietante que anticipa lo que puede ocurrir en nuestro país si triunfa la oposición en 2021 y en 2024...”

A la misma narrativa, aunque desde otro ángulo, se subió el presidente del INE. En una paráfrasis de la crítica que hace la oposición, Lorenzo Córdova comparó la polarización de ambas naciones. Según su lectura, lo que pasó en Washington era el resultado evidente de “exacerbar las diferencias y la confrontación”.

Querer ver en lo acontecido en Estados Unidos paralelismos con México o premoniciones sobre la 4T es pura manipulación.

De entrada, las acusaciones de fraude en EU son incomparables con las de 2006 en México: mientras aquí el margen de victoria fue de tan sólo 250 mil votos, la diferencia en EU fue superior a los seis millones de votos, habiendo sido electos 74 integrantes del Colegio Electoral, todo ello luego de recontar millones de votos a mano.

Entre Trump y AMLO no hay mayor similitud, más allá de un estilo populista que traza una línea discursiva entre el pueblo y las élites. Fuera de eso, uno y otro se sitúan en las antípodas del pensamiento ideológico y la práctica política. ¿Qué los dos polarizan? Puede ser, pero uno incita a la violencia, el otro jamás lo ha hecho.

En cualquier caso, es un error pensar que toda polarización es necesariamente mala. Una cosa es polarizar para politizar las desigualdades y las asimetrías sociales –como hace el populismo de izquierda—, y otra para acentuarlas.

Una cosa es el populismo que busca incluir a sectores excluidos y otra el que busca perpetuar su exclusión y ampliar las diferencias entre una mayoría blanca históricamente privilegiada y las “minorías” racializadas y marginadas. Porque mientras la 4T es anti-racista y anti-clasista, el trumpismo es exactamente lo contrario.

Una cosa es usar y administrar el conflicto político para transformar a la sociedad –como pretende la 4T– y otra, muy distinta, para conservar el orden social existente, para que los privilegiados —por ser hombres, por ser blancos, por su edad u orientación sexual— no dejen de serlo jamás.

Por lo demás, las agendas que persiguen Trump y AMLO no podrían ser más opuestas. Uno ha buscado recuperar la autoridad del Estado frente al poder económico, el otro ampliarlo; uno le ha cobrado por primera vez impuestos a los más ricos, el otro ha buscado recortárselos y exonerarlos. Y así podríamos seguir enlistando otras diferencias, pero la realidad es que de nada sirve comparar manzanas con día jueves.

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
HERNANFGB@GMAIL.COM
@HERNANGOMEZB