LÍNEA DIRECTA

Volver a cerrar

Y es que la estrategia original partió de un principio eminentemente político y alejado totalmente de consideraciones sanitarias: que la gente no acudiese a los centros de salud y permaneciese en casa, incluso si esto ocasionaba su muerte por no recibir los cuidados adecuados

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La decisión de regresar al encierro por parte de las autoridades en la Ciudad y el el Estado de México, obedece a la imposibilidad de responder a la demanda por servicios hospitalarios. Lo que se instrumentó durante los primeros meses de la pandemia, en el sentido de pedirle a la ciudadanía permanecer en casa y únicamente acudir a hospitales cuando existiesen síntomas graves de la enfermedad, hoy se ha convertido en un alud incontrolable.

Y es que la estrategia original partió de un principio eminentemente político y alejado totalmente de consideraciones sanitarias: que la gente no acudiese a los centros de salud y permaneciese en casa, incluso si esto ocasionaba su muerte por no recibir los cuidados adecuados. La ignorancia en el manejo de los efectos del COVID 19 se mezcló con la negligencia de los mandos del sector salud, lo que ocasionó que no se contuviese la dispersión del virus, sino que sólo se administrase el crecimiento de la pandemia.

Minimizar los beneficios que produjeron el uso del cubrebocas y el rastreo de casos a través de la realización de pruebas, provocó un verdadero caos en los esfuerzos por mitigar la extensión el virus. Para cuando la actividad económica se reanudó con mayor apertura y los contactos personales aumentaron, el número de contagios y su imposibilidad de ubicarlos era ya un problema sin control. La llegada del frío, la ausencia de una vacuna y una mayor indisciplina en la población nos llevaron a la catástrofe que estamos viviendo ahora.

Volver a cerrar la economía por las tres semanas más activas del año en términos comerciales, será el tiro de gracia para muchas pequeñas y medianas empresas. Sin embargo no había de otra. Es una medida desesperada en medio de un sinnúmero de acciones improvisadas y sin sentido alguno por parte de López Gatell y sus secuaces.

Pero insistir en que la única forma de apoyar a la población en esta crisis es a través de la transferencia directa de recursos es una medida no sólo insuficiente, sino contraria a una lógica productiva. Darle dinero a alguien que perdió su empresa pequeña o mediana, no le permitirá reconstruirla y en el mejor de los casos le proporcionará efectivo para poder sobrevivir unos cuantos meses más. Pero la idea de que salvar a unidades productivas es contrario al espíritu de un modelo supuestamente solidario, es un error brutal.

Un sistema clientelar que no permita al receptor de beneficios dejar de depender de la ayuda estatal, ni sirve para superar la pobreza, ni ayuda a dignificar el trabajo que un ser humano realiza. Por lo pronto volvemos a estar encerrados.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT