LÍNEA DIRECTA

Ocurrencias

En un gobierno con agenda clara, las propuestas giran en torno a lo que es prioritario para el Presidente en turno

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El alud de iniciativas aprobadas en una y otra Cámara legislativa en los últimos días forma parte, no de un proyecto organizado de reformas para conducir al país en una determinada dirección, sino en la constante presente en la administración cuatroteísta: la ocurrencia.

En un gobierno con agenda clara y rumbo definido, las propuestas giran en torno a lo que es prioritario para el Presidente en turno, y lo que demandan los distintos grupos de poder presentes en la sociedad.

La política se convierte entonces en el arte de la negociación y de la toma de decisiones para avanzar en medio de ganancias y concesiones.

Pero en este sexenio la concentración del poder en la figura presidencial ha creado dos ejes dentro de los cuales se maneja la temática legislativa.

Uno es lo que el primer mandatario exige y que se cumple sin cuestionamiento alguno.

El otro es el de un mar de ocurrencias y disparates que van desde la posibilidad de utilizar las reservas del Banco de México para financiar el gasto público, hasta la estatización de las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) en un intento por confiscar el ahorro de los trabajadores para uso de las necesidades del gobierno.

Estos absurdos, que han sido contenidos dentro del propio aparato legislativo, coexisten con otros menos brutales pero igualmente dañinos para el país.

Topar comisiones para las Afores, para supuestamente beneficiar a los trabajadores, poniendo en riesgo la viabilidad del ahorro productivo para el retiro.

A arriesgar las reservas del banco central para resolver un problema de exceso de dólares americanos en efectivo en el mercado nacional, son ocurrencias cuyos efectos dañarán la ya fuertemente golpeada economía nacional.

Y si a esto le añadimos el tema del outsourcing, entramos de lleno en el terreno de una transformación como la que plantea Morena y su liderazgo.

Se trata de reducir sustancialmente la capacidad de movimiento y crecimiento del sector privado, para beneficiar a un Estado asistencialista que pretende reconstruirse después de haber sido desarticulado por efecto de la globalización y el neoliberalismo económico.

Sin embargo, esta alternativa ha demostrado ser inviable en la práctica, generando una parálisis económica incapaz de producir crecimiento, o de reducir las consecuencias de la pandemia en la mayoría de la población.

Se trata de hecho de otra ocurrencia, de un proyecto político sin sustento económico.

Y sin la presencia de profesionales capaces de instrumentar políticas públicas que garanticen el funcionamiento de la transformación.

Por eso la realidad se cobra muy caro esta improvisación basada en una propuesta de justicia social sin pies ni cabeza.

Por EZRA SHABOT.
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT