En toda negociación, de la naturaleza que sea, si una de las partes pierde no es considerada exitosa; sólo lo será si ambas partes ganan.
Lo anterior viene a colación por los cambios a la Ley de Seguridad Nacional de nuestro país aprobados el 9 de diciembre por el Congreso para acotar la función de los agentes extranjeros en territorio nacional, estadounidenses en particular, por lo que en breve el gobierno de México los hará saber a su contraparte a través de los canales diplomáticos y, posteriormente, a los responsables del trabajo estratégico y operativo de dicho país.
A nadie debe sorprender que dicho ajuste en la Ley es una respuesta a la detención del ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, con información y pruebas recabadas en México y en Estados Unidos, la mayoría de ellas conforme a la legislación americana.
Sin ser adivino puedo adelantar que los nuevos protocolos para el intercambio de información tendrán que ajustarse a la realidad y necesidad de ambos países y, que si ellos, ya no podrán realizar labores de investigación, optarán por hacer solo trabajo de inteligencia, ese que solo exige certezas para la toma de decisiones. De esta manera el riesgo para sus agentes será menor y las pruebas podrán ser obtenidas desde territorio estadounidense; si ya lo hicieron una vez lo podrán seguir haciendo.
Con esta serie de medidas, México quedará mejor protegido de la supuesta injerencia de Estados Unidos en materia de seguridad, pero al mismo tiempo más aislado del mundo, porque no debemos olvidar que en nuestro país existen agregados de policía, militares y del Ministerio del Interior de otros países con los que intercambia diversos productos manufacturados y materias primas, y por desgracia también problemas derivados del flujo de mercancías ilícitas. Entre los países que cuentan con agregados en México destacan: Alemania, España, Francia, Italia, Canadá, Colombia, Brasil, Chile, Panamá, Guatemala, Corea del Sur y Australia, por citar algunos de ellos.
Además México tiene agregados de policía en Estados Unidos, España, Italia, Colombia, Guatemala, entre otros, lo que le da competitividad y certeza en diversas materias, la económica y de seguridad entre ellas, por lo que con medidas como las anunciadas por el titular del Ejecutivo y avaladas por el Congreso, donde tiene mayoría, México podría salir perdiendo, sobre todo, en el combate al crimen organizado trasnacional.
No olvidemos que en otros continentes como el europeo existen convenios entre países, en los que las coincidencias pesan más que las diferencias y han llegado a firmar acuerdos como el Schengen, que además del intercambio de información, sirve de marco para que policías de un país puedan incursionar en otro hasta por de 50 km. para detener a probables responsable de un delito, siempre y cuando se trate de “persecuciones en caliente” y se respeten los protocolos elaborados por las partes involucradas.
No está de más actualizar una Ley que ya lleva 16 años sin cambio alguno, sirve que de paso revisan las atribuciones de policía que tiene el CNI que sigue funcionando con el mismo andamiaje legal que el CISEN, cuando de acuerdo con el presidente de la República todo cambió y ya no se realiza espionaje, solo se da seguimiento a los líderes de organizaciones políticas y sociales que representan un riesgo para el Estado, como FRENAA.
Infinidad de académicos han vertido sus comentarios y son bienvenidos; sin embargo, faltaría incorporar personas con experiencia operativa, esas que se han fogueado en el teatro de operaciones y no solo desde un cómodo escritorio haciendo trabajo descriptivo.
La solución a la problemática de la cooperación internacional en materia de seguridad requiere del concurso de las áreas legislativa, académica y operativa, pero también las voces más reconocidas de la sociedad civil, que no pueden seguir siendo relegadas por el solo hecho de pensar distinto; la solución requiere de todos los puntos de vista y no solo el del titular del ejecutivo federal, sus aliados y amigos incrustados en el gabinete.
Por FACUNDO ROSAS
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL