Más vale tarde que nunca, ese popular refrán aplica hoy perfectamente a las Chivas. Uno de los clubes con más problemas de indisciplina, fuera de la cancha, por fin puso un alto. En un video y de viva voz, Amaury Vergara y Ricardo Peláez, dueño y director deportivo, respectivamente, dictaron sentencia a los mal portados. Esto debería ser una norma en el futbol mexicano.
Desde el inicio del torneo hubo problemas con los elementos de Chivas. Uriel Antuna y Alexis Vega fueron captados en plena fiesta dos días antes de un partido, con alcohol incluido. En ese momento, Jesús Molina, capitán del primer equipo, intervino por ellos y fueron perdonados. Las indisciplinas siguieron con otros más y las fueron pasando por alto. Esa situación se reflejó en la cancha y en los resultados. Urgía mano dura y parece que tuvieron que tocar fondo para hacerlo.
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Alexis Peña, José Juan Gallito Vázquez y Eduardo Chofis López fueron descubiertos yéndose de fiesta en vísperas del partido ante Pumas. Mientras que Dieter Villalpando es presuntamente acusado de una agresión de índole sexual. Los primeros tres elementos fueron suspendidos por el club y se irán en el próximo mercado de transferencias, mientras que Villalpando ya fue separado de forma definitiva del club.
He aquí la diferencia en el manejo de problemas. Mientras que Chivas, simplemente por la acusación de algo tan grave, ya separó a Dieter, en otros clubes han mantenido (y hasta sin suspensión) a otros elementos. Estas conductas no deben ser reflejo de los valores del futbol y en general de la sociedad. Me parece correcto que Chivas dé el ejemplo de esta forma. Habrá quien se oponga, pero se tiene que sentar un precedente de alguna forma.
Esto me lleva a pensar en la formación que se les da a los futbolistas en las fuerzas básicas. Es momento de tener un plan integral para los jóvenes que buscan ser futbolistas; algunos de ellos llegarán a Primera y probablemente serán ejemplo para la juventud, teniendo la alta responsabilidad de actuar bien y ser un auténtico modelo a seguir. Así, la formación deportiva debe complementarse con el fortalecimiento de los valores, los principios y la educación formal, que junto al asesoramiento psicológico eviten conductas problemáticas en los jugadores (muchos sacrifican su educación técnica y profesional por alcanzar su sueño deportivo, situación que los limita en muchos aspectos de su futuro).
No es secreto que gran parte de los futbolistas profesionales no están listos para manejar la fama y el estrellato; muchos de ellos vienen de un origen humilde y les llega de golpe la fama, el dinero y la admiración de sus seguidores. Sin la preparación adecuada presenten conductas erráticas. Lo que hace Chivas hoy ya es reactivo, por el momento funciona, deja claro que las acciones tienen consecuencias, pero para que realmente haya un cambio sustancial, deben implementarse acciones preventivas. Es un camino largo y difícil, pero es el que hay que seguir. Espero que de aquí en adelante las cosas cambien por el bien del futbol.
POR GERU
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