FUERA DE TONO

La prudencia imprudente del presidente

Si quería evitar un precedente de intervencionismo, podría haber sido dueño de su silencio, como otras veces

OPINIÓN

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Hernán Gómez Bruera / Fuera de Tono / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Puedo coincidir con el presidente López Obrador en que la decisión de postergar la felicitación a Joe Biden fue guiada por el interés de ser prudente. Hay un antecedente: en la elección de 2000, cuando George Bush aventajó a Al Gore por un cerrado margen, Ernesto Zedillo no expresó postura alguna mientras duró la controversia, muy a pesar de que varios líderes del mundo se precipitaron en felicitar al ganador.

Por más que el margen de victoria de Biden se antoje irreversible, como explica la siempre asertiva Natalia Saltalamacchia (shorturl.at/nruC0), emitir una felicitación cuando uno de los jugadores no reconoce el resultado y no se ha producido una declaratoria formal de triunfo o una sanción legal que lo avale, influye inevitablemente en el proceso y puede contravenir el principio de no intervención consagrado en la Constitución.

En lo que no puedo coincidir con el Presidente es en el descuido de sus palabras al hablar de todo esto. Hasta ahora, tirios y troyanos, habían reconocido que, en la relación con Estados Unidos, López Obrador había actuado con la prudencia adecuada. Esta vez, sin embargo, reflejó una falta de contención que –aunque no resultará fatal para la relación bilateral, como quiere ver la oposición— será como empezar con el pie izquierdo.

Si el Presidente no quería sentar un precedente de intervencionismo ni enemistarse con Trump, en sus casi tres meses restantes de gobierno, podría haber sido dueño de su silencio, como otras veces. Lo que tocaba en un caso como éste era cuidar milimétricamente sus palabras o —¿por qué no? — simplemente recurrir a un guion escrito por diplomáticos de carrera. A veces es bueno seguir el criterio de los profesionales.

En lugar de eso, después de aseverar que “no queremos ser imprudentes”, AMLO cometió al menos tres imprudencias: La primera: extrapolar lo ocurrido en EU, con la elección de México en 2006, dejando así abierta la duda de un posible fraude en el país vecino. Pero, ¿Qué necesidad? La segunda: repetir una vez más, durante la mañanera del lunes, que “Trump ha sido respetuoso con nosotros”, generando innecesariamente sospechas sobre una simpatía o preferencia con el todavía presidente.

Para colmo agregó algo ostensiblemente falso: que el presidente Trump no ha sido “injerencista.” Pero, ¿Qué necesidad? La tercera, mientras formulaba una crítica a los medios mexicanos, no tuvo mejor idea que citar el caso de censura al mensaje de Trump por parte de medios de comunicación de EU, como ABC, CBS y NBC, que decidieron cortar la transmisión del mensaje presidencial por lanzar acusaciones sobre un fraude electoral. Con ello, AMLO pone a Trump en un papel de víctima frente a los medios de su país y termina por opinar sobre asuntos de política interna de otra nación, sobre los cuales dice no querer opinar. De nuevo, ¿pero qué necesidad?

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
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