Vigésimo Primer Encuentro Internacional de Estadísticas de Género

OPINIÓN

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Paloma Merodio / Vicepresidenta del INEGI / Columna Invitada

Una de las aportaciones de México a la producción de estadísticas de género es que, desde el año 2000, ha organizado, en la sede del Inegi en Aguascalientes, reuniones internacionales para analizar las encuestas de uso del tiempo. Estas reuniones permiten construir metodologías para visibilizar las contribuciones de las mujeres a la economía y, sobre todo, las dimensiones y características del trabajo no remunerado que realizan en sus hogares, destacando las tareas del cuidado a otras personas. Estas reuniones han sido organizadas en un esfuerzo sostenido y compartido del Inegi, del Inmujeres, de ONU-Mujeres y de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, que han tenido un fuerte impacto en la región latinoamericana.

La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los elementos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Si bien se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas, la pandemia del COVID-19 podrían revertir algunos de los logros que se han alcanzado en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres. El brote de coronavirus agrava las desigualdades existentes para las mujeres y niñas a nivel mundial; desde la salud y la economía, hasta la seguridad y la protección social.

 El Vigésimo Primer Encuentro Internacional de Estadísticas de Género fue llevado a cabo en el mes de septiembre de forma virtual por primera vez en 20 años. Se destacó que los institutos nacionales de estadísticas ante la profundidad de las brechas de género y de la violencia que ataca las mujeres en la región, deben enfocar un esfuerzo extraordinario en la producción de información lo suficientemente fina para analizar con profundidad el fenómeno.

El esfuerzo de crear información útil para la toma de decisiones sobre las realidades territoriales no puede limitarse a la capacidad de producción de los institutos nacionales de estadísticas para producir información sobre el territorio. Es necesario coordinar esfuerzos y favorecer las condiciones metodológicas y tecnológicas, así como de infraestructura hacia otras instituciones de gobierno para generar un esfuerzo común y articulado de información con desagregación de género. Desde el esquema del levantamiento de datos, la posibilidad de realizar encuestas domiciliarias también se ha visto limitada por la pandemia y condiciones de contagio, a la vez que la digitalización de una gran cantidad de procesos sociales y económicos como efecto del encierro, muestra oportunidades en todos los sectores para minimizar los costos y tiempo de este ejercicio. Por ello, es cada vez más imperante el uso de registros administrativos para integrar la perspectiva de género, y profundizar los enfoques de igualdad en el análisis, medición y evaluación.

La vía a través de la cual se genera estadística oficial y territorial deberá investigar nuevos métodos que integren datos generados de manera directa, con datos comparativos provenientes de otras fuentes, como el big data, los registros administrativos en todos los sectores, y el desarrollo de modelos para estimar realidades demográficas, sociales y económicas, así como aprovechar las herramientas geoespaciales, que permita analizar los datos desde todas las dimensiones y se atiendan las necesidades de tiempo y espacio. El reto resultante no es menor, y es de carácter metodológico e institucional.

El Inegi presentará en días próximos la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) 2019 que nos dará información muy relevante sobre todas las formas de trabajo (remunerado o no) de mujeres y hombres. Sin embargo, ante la pandemia, es necesaria información que nos permita conocer lo que está sucediendo en los hogares en 2020 con el trabajo y educación a distancia desde casa. Debemos de construir nuevos caminos para impulsar la integración de la desagregación por género en los materiales de encuesta y abogar por su consideración en registros administrativos para preparar las condiciones de datos más acertados y oportunos, que permitan medir la desigualdad de género en todos los ámbitos.  

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Enhorabuena por la continuidad de los encuentros de estadísticas de género y el diálogo entre países para lograr el cambio paradigmático en la generación de estadística de género en la era digital.  

POR PALOMA MERODIO GÓMEZ
VICEPRESIDENTA DEL INEGI
@PALOMAMERODIO