Historias de maratón (I)

En estas primeras semanas de 2018, cada quien avanza o se detiene en los propósitos que se trazó para este año. Entre los corredores es común que el inicio de un nuevo año sea la ocasión para plantearse metas y superar sus límites. Algunos se proponen correr este año sus primeros 5 kilómetros, otros van por los 10K o por los 21K, mientras los más valientes se proponen correr su primer maratón o volver a vivir la experiencia de la llamada “prueba madre”. Cada quien a su ritmo, cada uno con su plan, pero todos con el mismo objetivo en mente: vencer sus limitaciones y sentir que a través de las carreras son mejores personas. El corredor que se propone hacer un maratón sabe que necesita estar en buena forma y tener meses de entrenamiento porque esta prueba no tiene palabra de honor. Por mucho que creamos tener todas las dificultades do- minadas, en una distancia tan tremenda suelen surgir cosas inesperadas y difíciles, por lo que hasta un veterano puede ser sorprendido con algún contratiempo. Cualquiera que piense en hacer un maratón debe tener bien claro que no sólo hay que prepararse físicamente con horas de entrenamiento, también es muy importante el autoconocimiento, el autocontrol y sobre todo, la prudencia. Saber que una retirada a tiempo también es una victoria. Se dice que el corredor de maratones es un personaje sufrido, porque al mismo tiempo que entrena para soportar grandes distancias, aprende a aguantar situaciones difíciles durante el entrenamiento y los 42.195 kilómetros de carrera. Un dato interesante es por qué se corre esa distancia. Muchos creen que es lo que corrió el mensajero Filípides, entre la ciudad de Maratón y Atenas, para anunciar la victoria que los griegos habían logrado sobre los persas en el año 490 a.C. Cuenta la leyenda que cuando Filípides llegó a Atenas, gritó: “Hemos vencido” y después cayó muerto, tal vez por el enorme esfuerzo. La realidad es que la distancia en línea recta entre Maratón y Atenas es de 26 km, aunque se supone que Filípides cruzó valles y colinas, por lo que no se sabe con exactitud la distancia real que recorrió. Fue hasta los Juegos Olímpicos de 1896, los primeros de la era moderna, que se estableció una distancia de 40 kilómetros para el maratón. Pero la distancia actual de 42 kilómetros fue definida por los británicos. Fue durante los Olímpicos de Londres en 1908 cuando fijaron como punto de partida para la prueba el Castillo de Windsor y como meta el Estadio Olímpico, porque así lo dispuso la reina, y el trayecto entre esos dos puntos es de 42.195 km, de ahí la distancia que hoy corremos. Así que si tu propósito de este 2018 es correr tu primer maratón o volver a vivir la maravillosa y sufrida experiencia, estás a tiempo de comenzar tu entrenamiento y preparación física y mental para lograr la hazaña que te convierta en uno de los tantos millones en todo el mundo que escribimos cada año nuestra propia leyenda.