Población contra proyecto urbano

El gran negocio inmobiliario de la Ciudad de México, ha puesto en alerta a la población que se empieza a organizar ante el incremento de los desarrollos habitacionales y comerciales. Éste podría ser el detonante que reactive una real movilización ciudadana en la capital. Poco a poco empezaron a juntarse y buscar integrarse como Frente que construya una propuesta y de un giro al Programa General de Desarrollo Urbano 2016-2030 que se discute en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. La historia del movimiento urbano en la ciudad es muy interesante, se gestó después de los terremotos de 1985 al rebasar en todos los sentidos al gobierno federal que dictaba las normas de la vida en la capital. La gente obligó a los cambios políticos y sociales en el Distrito Federal; sin embargo se pervirtió con el tiempo, para convertirse en grupos de choque al servicio de intereses económicos. El jefe Gobierno, Miguel Ángel Mancera envió desde noviembre de 2016 a la ALDF el Programa General de Desarrollo Urbano y las comisiones de Desarrollo e Infraestructura Urbana, Preservación del Medio Ambiente, Protección Ecológica y Cambio Climático convocaron del 5 al 7 de julio de este año a unas audiencias públicas con ciudadanos, comités y organizaciones. En esas audiencias se abucheó a la secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller, mientras los diputados Raúl Flores, Margarita Martínez, Dania Ludlow se convirtieron en defensores de la funcionaria, lo cual irritó más a la gente. Pero esta reunión fue un detonante para unir a personas de distintos puntos de la ciudad. A partir de ese momento, empezaron las reuniones periódicas como organizaciones sociales y vecinos para intercambiar experiencias, de manera que no fuera un esfuerzo aislado. Actualmente consideran que es necesario constituirse como Frente y así entablar un diálogo con legisladores y autoridades respecto al PGDU. En el encuentro del lunes 17 de julio en el salón Benito Juárez de la ALDF, espacio que les abrió el diputado David Cervantes, la gente expresó su malestar por el trato que les dio en la audiencia el perredista Raúl Flores, al descalificar sus planteamientos y limitarse a decir que eran integrantes de Morena. Públicamente reiteraron su origen ciudadano, algunos reconocieron sus vínculos partidistas, otros manifestaron sus críticas a los partidos políticos. Vienen de todas las delegaciones y están recabando información de las obras irregulares y afectación urbana, es un grupo diverso con profesionistas y dirigentes sociales que quieren actuar. Preparan un amparo contra el PGDU, denunciarán las violaciones al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre los pueblos indígenas, arman una estrategia de información y movilización. Parece que empieza a gestarse una nueva movilización social en la ciudad.   Columna anterior: Metro: 20 años de abandono