Palabra de alto rendimiento

Ver a deportistas pedir apoyo o vender productos para obtener recursos, en otras palabras, botear entre amigos y familiares, me parece normal en cierta etapa de desarrollo, cuando su equipo o academia busca participar en un evento de invitación, fuera de la ciudad de origen o del propio país, lo que no me parece normal es que quienes lo hagan sean seleccionados nacionales buscando conseguir el dinero necesario para poder participar en un evento internacional representando a México, sea este centroamericano, panamericano o mundial. Lo vimos con el Box antes de Juegos Olímpicos y ahora lo estuvo haciendo el equipo de Fútbol Americano Femenil rumbo al Campeonato Mundial que se llevará a cabo a finales de este mes en Canadá.   Así como en el pasado la Federación de Box culpó a la CONADE de no bajarles recursos, ahora la Federación de Futbol Americano también se escuda en esa situación, quizá la única diferencia sea que con ésta última no hay conflicto entre los organismos, como si lo había con el Box, sin embargo de una manera muy política dieron a conocer ayer en rueda de prensa, que si bien el organismo del rector del deporte no estaba obligado a otorgarles recursos, éstos estaban presupuestados con ellos y que finalmente no se canalizarían para dicho fin.   De lo anterior, lo que más queda en evidencia es la falta de planeación y la incapacidad de las federaciones, en su mayoría, por generar recursos que les permita operar al mínimo indispensable y corresponder a sus atletas cuando éstos representen al País, sobre todo cuando de las que hoy escribo, box y fútbol americano, tienen dirigentes con más de 15 años de experiencia en el puesto. Sin lugar a dudas, es interés, tanto de las federaciones como de la propia CONADE, el que todos los deportistas que califiquen a un evento internacional en representación nacional puedan participar con sus necesidades cubiertas, sin embargo, es una responsabilidad compartida y si me apuran, en éstos casos debe ser de las federaciones en mayor medida.   Entre mejor planificado se tenga un proceso de selección, tanto para conformar el equipo, definirlo y reservar sus traslados, se potenciará un mejor resultado, tanto en lo deportivo como en lo económico, al conseguir mejores tarifas por hacerlo con la suficiente anticipación. Hoy a unos cuantos días de la fecha de competencia seguramente se resolverá la participación, pero con costos muy altos, tanto en lo anímico por la incertidumbre generada en las atletas por saber si podrán asistir o no, como en el presupuesto, que será de un 40-80% más alto por comprarse hasta el final, si no es que más. Espero que no se haga de esto una costumbre y que ya no exista un caso como éste en el futuro.   Columna anterior: Entre París y Los Ángeles