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El juego que todos juegan

OPINIÓN

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Los partidos políticos y sus candidatos que ayer participaron en las elecciones del Estado de México enfrentaban el fin de semana los siguientes escenarios: ganar-ganar y perder-perder. Aunque algunos observadores consideraban que aún ganando podrían perder o perdiendo podrían ganar… todo rumbo a las elecciones del 2018. En el juego de perder-perder estaban la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota y el del PRD, Juan Zepeda. Si Josefina cae al cuarto lugar, como pronosticaba la mayoría de las casas de apuestas, perdería hasta la honra política, que tal vez no sea tan importante. Pero el más afectado sería su partido y su dirigente Ricardo Anaya, quien después de las elecciones del año pasado ya se sentía en “caballo de hacienda” a la “grande” en el 2018. En cuanto a Juan Zepeda, quien mucho antes de las elecciones su partido ya había sido declarado “in artículo mortis”, si gana el tercer lugar, donde lo ubicaban  las casas de apuestas, no va a conseguir reanimarlo, aunque Alejandra Barrales, diga que van a demostrar que el PRD sigue “vivito y coleando”. ¿Para qué? Pregunta el respetable. El futuro político de Juan Zepeda sería igual de incierto que el de su partido, aunque algunos analistas bisoños opinan que tiene madera para ser el nuevo líder de la izquierda desunida. Tal vez tenga madera, pero no es sólida, puro novopan, acotan los “carpinteros políticos”. No falta la opinión de los malosos del PRI, quienes también incluyen en el juego de perder-perder a Alfredo del Mazo. Si pierde, afirman, su partido estaría en la franja roja para el 2018; Del Mazo pasaría a las páginas de la historia como “el Zedillo mexiquense”, porque sería el culpable de que después de casi un siglo hayan “echado al PRI” del Estado de México. Los optimistas, principalmente los del PRI, colocan en el juego de ganar-ganar a su candidato, argumentando que si gana en el Estado de México podría contribuir a que su partido repitiera el triunfo en el 2018, lo que para otros parece más una ilusión. En cuanto a la alumna de la maestra Elba Esther Gordillo –Arturo Zamora, dirigente de la CNOP, dixit--, o sea, Delfina Gómez, los observadores la ubican en el juego de ganar-ganar; si gana, pues su jefe, patrón y guía espiritual (Andrés Manuel) seguiría en ascenso hacia el 2018. Pero también podría participar en el juego de perdiendo-ganan (ella y Andrés), dependiendo de la votación que obtenga en la elección de ayer. Delfina también podría participar en el juego de ganar-perder; si gana tendrá que demostrar de qué está hecha, empezar a cumplir rápidamente – en un año cuando mucho-- sus promesas; nada de que “no me dejan”. Si no lo consigue, ella, su patrón y su partido podrían perder. Si desilusiona a los mexiquenses, resulta lógico pensar que en el 2018 quien pagaría la factura sería Andrés Manuel. ¡Hagan su juego señores y señoras! (A las 9 PM de ayer, cierre de esta columna, Delfina y Del Mazo se habían declarado vencedores)   Columna anterior: Cifras escalofriantes