El horno no está para bollos. Y sin embargo…
Tan sólo en lo que va de este año, siete periodistas han sido asesinados. Dos de ellos, corresponsales del periódico La Jornada: Miroslava Breach, en Chihuahua y Javier Valdez, en Sinaloa.
Uno pensaría –al menos desde la trinchera de los periodistas-, que habría mayor protección hacia algunos colegas, particularmente en provincia, donde están más desprotegidos.
Creíamos también, que lo ocurrido sería un punto de inflexión y que el trato desde los poderes gubernamentales para con los medios y sus trabajadores, sería de mayor comprensión y acercamiento a nuestra labor.
La semana pasada, el propio Presidente Enrique Peña Nieto ofreció “luchar hasta el último día de mi mandato para fortalecer las condiciones del ejercicio pleno del periodismo profesional, riguroso y valiente que México necesita".
Tal era nuestra idea pero, al parecer, otras fuerzas del Estado no piensan igual.
Ayer, La Jornada (de nueva cuenta padeciendo rigores) amaneció con una Rayuela insólita: “¿Qué atribuciones tiene la Sedena para vejar el derecho de un medio a informar? Nos gustaría que respondiera, general secretario.”
El tradicional minieditorial de su primera plana se refería al impedimento de la Secretaria de la Defensa a Jesús Aranda, para “cubrir” las actividades del Ejército.
Al hecho de cerrarle la puerta no sólo a su reportero, sino al medio en sí mismo –desde principios de año-, retirándole invitaciones y no enviándole información, ni comunicados, sin mayor explicación.
Aranda, valga señalarlo, es un periodista reconocido en el medio. Lleva 22 años “cubriendo” a las Fuerzas Armadas. Además de su labor cotidiana (cubre también la Suprema Corte) escribe la columna “Milicia y Justicia”, los viernes en La Jornada on Line.
En todo este tiempo –más de dos décadas-, Jesús no había tenido un problema como el actual con el Ejército Mexicano.
Ni siquiera en tiempos de Vicente Fox, con el general secretario Gerardo Clemente Vega García (época difícil para La Jornada por sus críticas al panista), según nos cuenta el propio periodista.
“Fue a partir de que comencé a escribir sobre (Donald) Trump y el papel de debilidad y docilidad de las Fuerzas Armadas frente a Estados Unidos, que se molestaron”, indica Aranda.
El bloqueo periodístico, precisa, “es del Ejército –la Marina no le ha cerrado la puerta- y viene de arriba, no del área de Comunicación Social”.
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GEMAS: Obsequio del Presidente de la Suprema Corte, Luis María Aguilar: “Tener o no tarjeta de crédito no sitúa a las personas en una situación social o económica mejor que las demás personas, ni mejor ni peor. Hay personas que tienen muchas tarjetas y están en situación económica complicada".
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