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Benéfico chantaje emocional

OPINIÓN

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En medio de la vorágine de los estrenos veraniegos, las películas más pequeñas, independientes, documentales y demás van encontrando su lugar en las salas de cine los fines de semana que los blockbusters no estrenan, como es el caso de éste, que queda como el jamón en el sandwich entre el estreno de Alien: Covenant, de la semana pasada, y el de Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar, de la próxima. Y así es como entonces un filme como Lo que de verdad importa (The Healer) llega a México. Para ser honesta desde que supe que era una película de Paco Arango (Maktub) suponía que traería una carga emocional y altruista interesante, pero por otro lado, también imaginé que sería una cinta religiosa, hasta manipuladora de esas que te hacen llorar con toda la intención. Es una película de habla inglesa filmada en Nueva Escocia, Canadá y protagonizada por actores más conocidos en televisión: Oliver Jackson-Cohen (Emerald City), Camilla Luddington (Grey's Anatomy) y Jorge García (Lost). Entré a la sala de cine con muchas reservas ante esta historia de un joven británico ateo, quien sin deberla ni temerla, a sus 30 años, descubre que tiene un don para sanar a la gente, convirtiéndolo en "El Elegido" de un poblado al que se tiene que mudar como un acuerdo con su tío para saldar sus deudas. Cuando menos lo pensé, la historia ya me había atrapado a pesar de sus lugares comunes, trucos manipuladores como el cover en ukulele de "Over de rainbow" o la encantadora niña enferma de cáncer. Entré en conflicto por dejarme manipular de esa manera, hasta que de plano paré de pelearme conmigo misma, disfruté la película y hasta me dejé ir como gordo en tobogán con la lloradera, pues además de emotiva, resultó ser entretenida y la idea de que sea una película 100% benéfica, cuya recaduación será destinada a las fundaciones mexicanas Casa de la Amistad y Va por mi cuenta, me encantó. Eso es lo que provocan este tipo de feel good movies que normalmente vemos en Hallmark Channel y que resultan necesarias en tiempos tan desoladores como los que estamos viviendo en nuestro país y que te mueven para invitar a la gente a que vaya a verlas. Lo que de verdad importa está dedicada al fallecido actor Paul Newman, quien en 2007 invitó al cineasta Paco Arango a formar parte del consejo de sus campamentos especiales Serious Fun, experiencia que inspiró la creación de esta película que en palabras de su creador, quien dice no creer en Dios, sino en Harry Potter: "No es una cinta religiosa, sino una película de fe". Y a eso yo le agregaría, una cinta mágica que por un momento puede transformar hasta al menos creyente. Columna anterior: Stan, the man