Las unidades de análisis y asuntos públicos de las corporaciones más importantes del país han iniciado la recta final de los escenarios bajo los cuales enfrentarán la elección presidencial de 2018. En los altos círculos empresariales crece la preocupación por la solidez de Andrés Manuel López Obrador, sus cualidades refractarias, y su reciente facilidad por acercarse a círculos de poder económico (particularmente los desarrolladores inmobiliarios miembros de la comunidad judía). En todos los casos la pregunta que se desea responder es quién recibirá la banda presidencial de manos del Presidente Enrique Peña Nieto.
En el Escenario Uno, la apuesta de los empresarios sería Luis Videgaray. No hay personaje más completo y capaz, se dice, para lidiar con la reconfiguración de las fuerzas geopolíticas que rodean a México en este momento, y que se constituyeron desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos como la nueva circunstancia definitiva para el futuro del país.
En este escenario, el Canciller intensificaría sus visitas a la Unión Americana durante estos meses, y trabajaría en dos frentes —lo que, afirman, ya está ocurriendo—. El primero es la renegociación del TLCAN, para dar una sorpresa en el segundo semestre de 2017 y anunciar repentinamente una exitosa renegociación.
El segundo frente sería obtener apoyo del otro lado de la frontera para la candidatura presidencial. De tal suerte Videgaray sería el candidato natural del PRI, habiendo resuelto el mayor reto del país en todo el sexenio y contando con, si bien no un apoyo explícito, sí una alianza sólida con la Casa Blanca.
Los empresarios que manifiestan su deseo por este escenario reconocen en Luis una capacidad enorme para enfrentar con éxito a AMLO en 2018. Tiene principios, discurso, plan para el país y una idea muy clara de cómo lidiar con Donald Trump. En adición, se afirma que Videgaray ha trabajado toda su vida para esa encomienda, y que dio pasos cuidadosamente diseñados para alcanzar la presidencia.
Muchos empresarios se sentirían muy cómodos con Luis enfrentando y venciendo a López Obrador en la presidencial, y creen que plantearía una agenda muy ambiciosa para continuar el camino del modelo económico a favor de un crecimiento económico más vigoroso y al mismo tiempo equitativo.
Como reto a este escenario se dice que Videgaray tendría que conectar más con audiencias de todo calibre, crear un personaje carismático, y materializar alianzas con el PAN y con grupos empresariales que venderían la idea de un México próspero bajo su mando. La duda que queda es si eso le alcanzaría para vencer a AMLO.
Quienes ven este escenario no aplauden la idea de la segunda vuelta, porque si en ella ganase AMLO, el país estaría, legítimamente, en la ruta de Venezuela.
Mañana: Escenario Dos.
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