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¡Ni a quién irle en el Edomex!

Ninguno de los candidatos cuenta con planes, programas, estrategias… para cumplir todas esas cosas maravillosas que prometen. ¡Puras ocurrencias!

OPINIÓN

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Lo que confirmó el segundo y último debate de los seis candidatos a la gubernatura del Estado de México, es que, aunque cada uno presumió de ser la mejor opción para los votantes, ninguno de ellos está preparado para gobernar. No cuentan con planes, programas, estrategias… para cumplir todas esas cosas maravillosas que prometen. ¡Puras ocurrencias! Ni a quién irle, pues. Alfredo del Mazo, quien según sus “paleros” ganó el debate (aunque dicen sus detractores que le pusieron “una de perro bailarín”), insistió en que es el mejor preparado y con más experiencia para gobernar la entidad. “Yo tengo capacidad para darte a ti y a tu familia un mejor futuro”, les dijo a los que quieran votar por él. Pero sus propuestas, sobre todo en materia económica, son engañosas, empezando por eso de que la entidad tendrá un crecimiento económico del 5% al año si gana; que creará más de 1 millón de empleos anuales, que construirá más líneas del mexicable (para que la población vea desde el aire la miseria en la que se encuentran muchos municipios) nuevas rutas del mexibus; medicamentos para todos los enfermos, atención médica eficiente y expedita, etcétera, etcétera. Josefina Vázquez Mota, quien también dijo ser la más preparada porque en su larga trayectoria política ha sido dos veces secretaria de Estado, diputada federal y candidata a la Presidencia de la República, prometió combatir la inseguridad, la corrupción; crear un millón de plazas de trabajo, bajar los impuestos, y bla, bla, bla. Acusó que por culpa del PRI de Del Mazo, en el Estado de México “no hay ley ni orden”. Y según ella, el único que puede sacar al PRI de esa entidad es el PAN. “No tengan miedo, tomen todo lo que les dan… y voten por mí”, dijo parodiando a López Obrador. Por cierto, dicen los malosos que a “Pina” se le pararon los pelos de punta y casi se le quiebran las patitas cuando al salir del debate vio a la “pinche Sota”. ¿Tan fea se habrá puesto Alejandra? Preguntan los bisoños. La maestra Delfina Gómez (de López Obrador) demostró que de economía no sabe nada la pobrecita. ¡Nada más de economía! Reviran sus detractores. Sin embargo, sus contrincantes parecen tenerle un poquito de miedo porque “le echaron montón”; la acusaron de corrupta, de ser empleada de Higinio Martínez, y de otras cosas horribles, horribles. Al final, sentenció que el próximo 4 de junio sólo habrá de dos sopas: Los que ofrecen corrupción y los que prometen esperanza. Juan Zepeda, del PRD, quien según las casas de apuestas está creciendo en las preferencias de quienes supuestamente van a votar el próximo 4 de junio, también dijo ser el más “chipocludo”; presumió: “la inseguridad es mi mero mole”. Y adelantó que la final de la competencia será entre Del Mazo y él. ¡Pobres mexiquenses! Apuntan los observadores. Columna anterior: El circo azul