Autoridades sanitarias de México han llamado a la población en general para completar su esquema de vacunación y aplicarse refuerzos ante la alza en casos de sarampión y tos ferina. En conferencia de prensa de la presidenta, Claudia Sheinbaum, el titular de la Secretaría de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, dio a conocer el aumento en los casos positivos de ambas enfermedades y resaltó la importancia de proteger a los niños y menores de edad.
Kershenobich Stalnikowitz también hizo un llamado a la población en general pues dijo que el sarampión y la tos ferina no solo afectan a niños, sino que pueden infectar a personas de cualquier edad, aunque son más peligrosas en recién nacidos. El titular de la Secretaría de Salud exhortó a la población en general a acudir a centros de salud u hospitales para solicitar vacunas de refuerzo ante ambos padecimientos, ya que es la única forma de prevenir las infecciones.
Hasta la fecha, la Secretaría de Salud tiene confirmados 43 casos de sarampión y 288 casos de tos ferina. Los estados más afectados por sarampión son Chihuahua y Oaxaca, con 39 y 4 pacientes infectados respectivamente. Las entidades que acumulan más casos de tos ferina son Ciudad de México y Nuevo León.
¿Quiénes deben vacunarse contra el sarampión y la tos ferina?

Según lo explicado por David Kershenobich Stalnikowitz niños y adultos menores de 40 años de edad deben completar su esquema de vacunación (en caso de tenerlo incompleto) y aplicarse un refuerzo contra el sarampión y la tos ferina, esto debido a que no están exentos de contraer ambas enfermedades. Las únicas personas para las que la vacunación no es recomendada es para todos aquellos mayores de 40 años de edad.
- Niños de 1 a 9 años: deben aplicarse la vacuna triple viral, para protegerse del sarampión, rubéola y paperas
- Menores de 9 años que sólo recibieron una dosis tiene que completar su esquema de vacunación y recibir los refuerzos, que de lo contrario no cuentan con la protección adecuada para ambas enfermedades.
- Personas de 11 a 39 años: se recomienda aplicar un refuerzo de la vacuna doble viral, la cual protege contra sarampión y rubéola.
- Mayores de 40 años: no es necesario que se vacunen.
¿Cuáles son los síntomas del sarampión?

En el caso del sarampión la Secretaría de Salud explica que se trata de una enfermedad viral que afecta principalmente a niños y mujeres embarazadas, este padecimiento suele presentar síntomas como congestión nasal, tos, ojos rojos y con secreciones, manchas blancas en la parte interior de las mejillas, así como erupciones en la piel. La dependencia advierte que la enfermedad "puede tener complicaciones graves, incluso ser mortal. Algunas de las complicaciones son neumonía, encefalitis, diarrea grave e infecciones del oído y respiratorias".
Actualmente no existe un tratamiento antiviral específico para tratar el sarampión. La atención médica únicamente se centra en evitar complicaciones de los pacientes. Por ello, la Secretaría de Salud pide a las personas completar su esquema de vacunación, ya que es la única medida que existe para estar protegido ante este padecimiento viral, el cual puede desencadenar la muerte si no se trata de forma oportuna.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?

La tos ferina es una "enfermedad infecciosa altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis", de acuerdo con la Secretaría de Salud. La dependencia agrega que este padecimiento afecta a las personas de cualquier edad y en los bebés puede provocar discapacidad permanente e incluso la muerte. La enfermedad se puede identificar por síntomas similares a los de un resfriado común como secreción nasal, fiebre y tos ocasional que poco a poco se vuelve más severa.
El tratamiento de esta enfermedad consiste en la administración de antibióticos. Sin embargo, la vacunación es la mejor manera para prevenir la tos ferina. Las autoridades sanitarias advierten que los bebés son los más propensos a morir a causa de este padecimiento, esto debido a que durante los ataques de tos se puede detener su respiración y por ende existe la posibilidad de que mueran ahogados.