Ernesto Zedillo volvió a la escena pública con un potente discurso en el que planteó las diferencias que existen entre la reforma judicial que impulsó durante su sexenio y las recientemente aprobadas por el Congreso de la Unión.
Durante el encuentro de la Asociación Internacional de Abogados, que se celebra en el Centro Citibanamex de la Ciudad de México del 15 al 20 de septiembre, el exmandatario apuntó que existen grandes diferencias entre los paquetes de reformas.
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“Comienzo confesando que vine a este foro de ‘creyentes de las leyes’ para romper una, aún cuando es de mi propia creación. Esta norma, que no he roto en casi un cuarto de siglo, es la de estrictamente dejar a otros la tarea de hacer comentarios, análisis y escrutinio de los eventos, decisiones y consecuencias de mi tiempo como Presidente de la República.
“Pienso que suspender, como una excepción, mi regla de autocensura en este foro está justificada por una triste razón: nuestro Congreso Federal ha aprobado un paquete de reformas constitucionales que destruirán las ramas judiciales y, con ello, enterrarán la democracia mexicana y lo que queda de su frágil imperio de la ley”, señaló.
Un gobierno de inspiración democrática
Para Ernesto Zedillo, quien sucedió en la presidencia a Carlos Salinas de Gortari en 1994, uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico y social del país era precisamente la falta de democracia.
“México no tenía una democracia real porque el gobierno tenía la opción de ejercer el poder en una forma arbitraria y errónea con total impunidad política y legal, debido a la ausencia de balances y contrapesos entre el Congreso y el Poder Judicial.
“No era una democracia verdadera porque, por acción y omisión, el imperio de la ley permanecía deliberadamente débil, lo cual no solo generaba inseguridad entre los ciudadanos o violaciones de sus derechos fundamentales, sino que normalizaba la corrupción. Democracia y justicia son mutuamente dependientes, una no puede existir sin la otra”, señaló.
Algunas de las reformas impulsadas durante el sexenio de Zedillo permitieron la creación de organismos como el Instituto Federal Electoral, con lo que se desvinculó a la Secretaría de Gobernación de las elecciones, el Consejo de la Judicatura, que permitió evaluar e incluso enjuiciar a los jueces, y las elecciones libres para la Ciudad de México, en cuyas primeras votaciones resultó vencedor, en 1997, Cuauhtémoc Cárdenas.
“Gracias a la reforma de 1996, los habitantes de la Ciudad de México ganaron el derecho de elegir democráticamente a su alcalde, en lugar de que éste fuera elegido por el presidente, como era el caso. Bajo esta reforma, tanto el actual como la próxima presidenta de México fueron democráticamente electos para dirigir la ciudad.
“Esta reforma, junto con la reforma judicial de 1994, proveyeron las condiciones para una democracia con una división de poderes real y una presidencia efectivamente balanceada por los otros poderes de la Unión. Esto marcó el fin de una presidencia autocrática y abusiva y la llegada de una largamente esperada presidencia realmente democrática”, abundó.
Critica Zedillo aprobación fast-track de la reforma judicial
Para el expresidente, quien se presentó en público por primera vez en México después de varios años de ausencia, la aprobación en fast-track del paquete de reformas al Poder Judicial realizado recientemente es una señal preocupante.
“Si los propósitos, objetivos y medidas del proyecto de la Reforma Judicial son perversos, el proceso legislativo para su aprobación fue un gran fraude a la Constitución, las leyes y el régimen interno de las Cámaras del Congreso.
“La nueva legislatura de la Cámara de Diputados comenzó a sesionar el 1 de septiembre, 80 por ciento de los diputados lo son por primera vez. Sin suficiente tiempo para estudiar o discutir la iniciativa de reforma, la mayoría calificada del partido en el poder la aprobó el 3 de septiembre”, acusó.
Sin embargo, para Zedillo los hechos más graves se dieron en la Cámara de Senadores, donde la Reforma Judicial fue aprobada con el voto adicional de Miguel Ángel Yunes, quien formaba parte de la bancada del PAN.
“En el Senado, ellos no tenían la mayoría calificada por un voto. De acuerdo con fuentes serias, el partido en el poder obtuvo el voto faltante de forma obscena, ofreciéndole a un senador de la oposición impunidad para él y su familia, quienes están acusados de crímenes serios.
“Igualmente obsceno fue el periodo de dos días en el que las legislaturas estatales con mayoría del partido en el poder ratificaron lo que había sido aprobado en el Congreso sin adherirse a los procedimientos establecidos por la ley. La aprobación de esta reforma judicial por parte del partido gobernante es un crimen histórico”, resaltó.
