Durante 181 años, el centro de la alcaldía Iztapalapa en la Ciudad de México (CDMX) ha sido protagonista de uno de los eventos culturales más importantes en la capital del país: la Representación de la Semana Santa. Para unas personas es tradición, otras lo toman como un acto de fe, pero para Christopher es un sueño hecho realidad.
Desde que tenía seis años de edad, Christopher Gómez Hernández veía la escenificación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en su natal Iztapalapa como algo que le daba identidad a él, a su familia y a sus vecinos. Entonces supo que algún día quería representar a Jesús. Ese momento ha llegado.
"Decía: algún día yo refrendaré el grado de fe de mi pueblo, algún día yo estaré ahí crucificado, algún día yo llevaré esa cruz. Desde los seis, ocho años tienes el sueño de algún día representar a Jesús", dijo Christopher en entrevista para El Heraldo.
Abogado y atleta: él es Christopher, representante de Jesús en Iztapalapa este 2024
Christopher Gómez Hernández es un joven de 22 años de edad originario del barrio de San Miguel, Iztapalapa. Es estudiante de la Licenciatura de Derecho, pero su carrera no está peleada con la actividad física. Por ello, practica varias disciplinas entre las que destacan el atletismo, la natación y el entrenamiento físico.
Deportista de casi toda la vida, Christopher confía en que los principales motores de las y los jóvenes, son el seguir sus sueños y realizar todos sus proyectos con fe y amor. Sin embargo, también es fiel partidario de la importancia de continuar con las tradiciones que llenan de identidad a las personas, razón que le bastó para participar en la representación como Jesús.
“Hay que amar lo que hacemos, hay que ponerle ese empeño a todas las cosas, y sobre todo a nuestras tradiciones que son las que nos dan identidad y sentirnos muy orgullosos de lo que somos”, señaló el joven.
Christopher fue seleccionado entre 13 aspirantes
Año con año la representación de Iztapalapa se realiza en los ocho barrios originarios de la demarcación: San Lucas, San Pedro, San Pablo, San Ignacio, San José, La Asunción, Santa Bárbara y San Miguel, el lugar donde Christopher inició y desarrolló su sueño.
Con el objetivo en mente desde que era pequeño, Christopher tomó la decisión de audicionar para representar a Jesús en la 181 escenificación de la Pasión de Cristo. En este sentido, siguió la convocatoria, cumplió con los requisitos, se registró, realizó las pruebas físicas, acudió a las entrevistas y finalmente fue aceptado entre 13 aspirantes que buscaban el papel.
Con 18 votos a favor, el 14 de enero de este año, entre lágrimas y lleno de emociones encontradas, el joven supo que sería el primer miembro de su familia en representar a Jesús en el sitio que lo vio nacer y lo ha visto crecer.
"Yo sentía euforia, yo quería gritar, saltar, reír, sentía todas las emociones, era una montaña rusa de emociones al 100%, estaba muy feliz", explicó el joven.
De lunes a viernes con una cruz de más de 80 kilos: el entrenamiento
Apenas había pasado un día y seguramente todavía con los sentimientos a flor de piel, el 15 de enero Christopher acudió a la iglesia del Señor de la Cuevita para pedirle permiso para representar a Jesús este año y entonces sí, dar inicio con su entrenamiento espiritual y físico.
Desde aquella fecha y hasta el pasado lunes 18 de marzo, el joven de 22 años entrenó de lunes a viernes entre tres y cuatro horas por jornada. Para empezar y con el objetivo de perder la sensibilidad en el hombro, el también estudiante de Derecho inició cargando un tronco pesado.
Posteriormente, ese tronco pasó a ser una cruz con un peso de entre los 80 y los 90 kilos que por cierto, fue creada con la madera encontrada en el Cerro de la Estrella por parte del comité que organiza la representación.
La cruz que hizo realidad el sueño de Christopher
Sin importar su tamaño ni su peso, llevar la cruz sobre sus hombros, forma parte del sueño que Christopher empezó desde su niñez. El Viernes Santo —día en el que se realiza el viacrucis y la crucifixión en el Cerro de la Estrella, ya no será la misma que la de los ensayos, ya que la real llega a pesar hasta 100 kilos. Pero, para él es lo que menos importa.
Cargar la cruz de madera por los 2.5 kilómetros que van desde la Macroplaza Cuitláhuac hasta el Cerro de la Estrella no es el principal reto para Christopher así como tampoco es la tercera caída de la representación en la que debe levantarse sólo con una lagartija. Lo que realmente le preocupa al joven es dar el mensaje correcto.
"No solo es cargar la cruz, sino dar lo que Jesús quería representar llevando la cruz en sus hombros y el parlamento que vas a decir cuando vayas en el recorrido", explicó Christopher.
Más allá de la religión...
En el año 2012, la representación de Iztapalapa fue reconocida como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México. Y es que toda el proceso que inicia con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección, más que ser un acto religioso, es parte de las tradiciones de esta demarcación.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con más de un millón 835 mil personas, Iztapalapa es la alcaldía más poblada de la CDMX y es su misma gente la que no deja de darle identidad al territorio. Porque como dice Christopher, no es la iglesia, sino los vecinos los que siguen dándole vida a esta tradición que lleva 181 años.
"Es un día importante, Iztapalapa se transforma en esa época y nos hace sentir esa identidad y esa tradición. Nosotros como Iztapalapa hacemos notar que somos un pueblo, una tradición, cultura, que tienes un acto de fe. No es hecha por la iglesia, es hecha por los mismos vecinos", finalizó el joven.