Nayarit

Celebran el Día de Muertos en Tepic y Del Nayar

En Tepic, el Panteón Hidalgo, el más antiguo de la capital, construido entre 1836 y 1845

Celebran el Día de Muertos en Tepic y Del Nayar
Celebran a sus muertos el 1 y 2 de noviembre Foto: Especial

El Día de Muertos en Nayarit es una celebración que une historia, cultura y espiritualidad, destacando diversas tradiciones que varían entre municipios, como en Tepic y Del Nayar, en el primero, en uno de sus panteones, se resguardan los restos de un príncipe imperial, y en el segundo, las personas visten mortajas de sus muertos para conocer quiénes serán sus autoridades tradicionales. 

En Tepic, el Panteón Hidalgo, el más antiguo de la capital, construido entre 1836 y 1845, es un lugar emblemático que alberga las tumbas de personajes históricos que han dejado huella en la región.

Destacan personajes en cementerio de Nayarit

Hijo de Agustín de Iturbide Foto: Especial

Entre las tumbas de este cementerio, desde hace 168 años, destaca la de Salvador María de Iturbide y Huarte, hijo del primer emperador de México, Agustín de Iturbide. 

 

Este príncipe imperial falleció el 7 de junio de 1856, un día después de llegar a Tepic para ejercer su encargo como administrador de la Aduana Marítima de San Blas. 

La leyenda cuenta que se ahogó en los baños Corona, del río Mololoa; sin embargo, en el acta 22 del libro de Entierros del Camposanto de la ciudad, dice que fue enterrado el 9 de junio de 1856, supuestamente víctima de un ataque de apoplejía.

Sin embargo, historiadores locales afirman que esto no fue confirmado, porque no se halló amoníaco en sus restos, que era el tratamiento de la época.

Otro de los personajes del que sus restos descansan en el panteón Hidalgo, es el General Leopoldo Romano, segundo gobernador del estado y jugó un papel crucial durante la ocupación francesa. 

Leyenda

También se encuentra, Gabriel Luna y Rodríguez, un constructor de edificios emblemáticos en Tepic, aunque era originario de Zacatongo, Zacatecas, su influencia se siente en la ciudad porque concluyó la construcción de la Catedral de Tepic en 1828, a pesar de no saber leer.

Además, participó en la construcción de la fábrica textil de Jauja en 1838 y la de Bellavista en 1841. En reconocimiento a su labor, el Cabildo le otorgó una medalla al mérito en 1886, y falleció el 3 de marzo de 1900.

Este cementerio es el último descanso de Albina Luna Pérez, la inspiración detrás de la famosa canción “El Son de la Negra,” que es interpretada por mariachis en todo el mundo. 

Leyenda

Asimismo, se encuentra la tumba de Amado Nervo Maldonado, padre del célebre poeta Amado Nervo, quien falleció a la edad de 43 años debido a una indigestión el 9 de julio de 1883. 

El cementerio también es escenario de diversas leyendas, y una de las más populares es la de La Niña de Piedra, que narra la historia de una niña desobediente convertida en piedra por su madre, como castigo por no obedecerle en el panteón.

Se dice que esta figura se encuentra junto a la capilla principal y presenta dibujos circulares y la palabra “Madre” en letras metálicas.
Otra leyenda habla de un hombre misterioso que aparece ofreciendo una fortuna a cambio de rezar un novenario a medianoche, pero aquellos que intentan completar la tarea escuchan ruidos extraños en la tumba, lo que ha llevado a que pocos terminen este desafío.

Vestir las mortajas para conocer a autoridades en Del Nayar

Más allá de Tepic, en el municipio de Del Nayar, se celebran rituales relacionados con el Día de Muertos que fusionan tradición indígena y costumbres contemporáneas. 

Según el arqueólogo Francisco Samaniega, la ceremonia del Hueytaboasima, que honra al último rey cora, se lleva a cabo desde la noche del 1 de noviembre hasta el 1 de enero. 

Durante esta celebración, los chamanes, conocidos como “taboasimas,” visten mortajas de sus antepasados para designar a las nuevas autoridades comunitarias.

El ritual comienza con la oscuridad en las comunidades de Jesús María y Mesa del Nayar, donde un náyeri sube a la torre de la catedral mestiza para imitar el canto del tecolote, un símbolo de los espíritus. 

Los “taboasimas” realizan ceremonias en el altar de la catedral y, al caer la noche, participan en una procesión encabezada por el Kantur, quien entona cantos fúnebres en latín antiguo.

Durante esta caminata, los participantes recolectan ofrendas de maíz en canastos y reciben tamales y atole a cambio. 

En la iglesia, se erige un altar elaborado con madera y otate, decorado con una tela negra y una calavera que representa a Hueytlacatl Tonati, el último rey de Nayarit.

Al caer la noche, los líderes comunitarios se reúnen en ramadas para soñar, ya que se cree que en estos sueños se revelan los nombres de las nuevas autoridades que asumirán el cargo el 1 de enero. 

La ceremonia culmina con un banquete ritual, donde los alimentos del altar se comparten entre los asistentes, y las mortajas se devuelven a los espacios sagrados.

El arqueólogo Francisco Samaniega señala que esta celebración refleja la rica herencia cultural de la comunidad náyeri y su conexión con las tradiciones mesoamericanas, subrayando la importancia de mantener vivas estas costumbres.

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