Los populares barrios de La Ermita - San Sebastián – Xcalachén, fueron certificados como “Espacio de Barrio Mágico” por la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal tras las gestiones y trabajo del Ayuntamiento de Mérida, encabezado por el alcalde Renán Barrera Concha.
El reconocimiento fue entregado el jueves 27 de julio al alcalde meridano por el titular de esa dependencia, Miguel Torruco Marqués, en una ceremonia realizada precisamente en la Ermita de Santa Isabel, en el en esta ciudad capital.
Esta zona, ahora certificada como “Barrio Mágico”, se ubica en el límite suroeste de la antigua ciudad maya de T’ho, sobre la cual se fundó, en 1542, la ciudad de Mérida.
Es un espacio urbano que representa un auténtico microcosmos de la ciudad de Mérida. Un pedazo de la ciudad que cuenta con poderosos elementos identitarios y representativos que tienen un alto potencial para el desarrollo turístico sostenible y el turismo circular.
Este espacio del centro de la capital yucateca tiene monumentos que son patrimonio de la ciudad como el emblemático Arco de San Juan, el Cementerio General, inaugurado el 3 de noviembre de 1821, la Parroquia de San Sebastián (1796), la Ermita de Santa Isabel (1748) y la casa de Manuel Cepeda Peraza (nacido en 1828), entre otros.
Además, cuenta con un jardín botánico y arqueológico, y con un importante mercado municipal que ofrece deliciosa comida regional y cada año, se organizan gremios de oficios y de culto que se congregan para las festividades a la Virgen de la Asunción.
Para el Cronista de la Ciudad de Mérida, Gonzalo Navarrete Muñoz, fue un gran acierto del Ayuntamiento de Mérida haber hecho las gestiones y dado todas las facilidades para que estos lugares “llenos de magia y de la riqueza cultural de la antigua Mérida colonial sean certificados por la Secretaría de Turismo”.
“Sin duda San Sebastián, La Ermita e Xcalachén son lugares que tienen una magia que ha logrado preservarse en el tiempo, son testigos llenos de color de la Mérida colonial que siguen maravillando a los habitantes de la Mérida moderna y a quienes le visitan”, expuso en entrevista.
“Tanto San Sebastián como La Ermita están llenos de historias, de encantamientos, anécdotas y leyendas, que hasta ahora, en nuestros días, forman parte de la memoria colectiva de sus habitantes”, añadió.
Recordó que La Ermita de Santa Isabel, era un sitio en los muchos pasaban la noche cuando salían o quieran entrar de la ciudad, pues las puertas de acceso eran cerradas a determinada hora, además de que tiene un gran legado en el tema del arte culinario.
“Sin duda una de las formas del arte es la cocina, y La Ermita es sede del Festival del Panucho, que se ha convertido en uno de los más importantes eventos gastronómicos de la capital y que hace referencia a uno de los platillos más representativos de nuestra ciudad”, abundó.
En el caso del barrio de San Sebastián, fue lo que se llamó alguna vez “pueblo de indios” y en donde hasta la fecha se venera a la “Virgen de la Asunción”, que es la única virgen que tuvo una aparición en Yucatán ante un señor llamado Juan Esteban Quijano en el siglo XVII.
“En ese entonces, al señor Juan se le presentó una mujer muy pobre la cual le pidió ayuda porque no tenía nada, y éste sin dudar la ayudó y quedaron de verse al día siguiente en una pequeña iglesia de paja, en donde la mujer recibiría unas monedas que le ofreció el hombre”, relató.
“Cuentan que, al llegar al lugar, vio la imagen de la Virgen de la Asunción y que de repente un rayo de luz atravesó el lugar e iluminó el rostro de la imagen y descubrió que era la mujer que le había ido a pedir ayuda un día antes”, agregó.
Desde entonces, cada año se realiza un festejo en su honor y hoy por hoy ese festejo es el único que queda en todos los barrios coloniales de la ciudad de Mérida, por ello la importancia que hoy San Sebastián sea reconocido como “Barrio Mágico”.
El lugar también es famoso por sus panuchos, en especial por un puesto llamado “La Flor de Mayo”, que está exactamente entre San Sebastián y La Ermita, que se hizo famoso porque fue el único que quiso atender al General Salvador Alvarado, pues nadie quería venderle ni atenderle.
Desde entonces muchos gobernadores fueron a comer a ese puesto, se volvió toda una tradición hasta la época del gobernador Carlos Loret de Mola Mediz.
En el caso de Xcalachén, expuso que también se ha convertido en un barrio muy colorido y que se ha hecho famoso por sus puestos de chicharra, aunque también ahí se comen de los buches rellenos más ricos del estado, así como una muy buena morcilla.
dhfm
“Es un sitio que poco a poco se ha colocado como un imperdible de quienes visitan Mérida y su Feria de la Chicharra, cada vez es más conocida más allá de los límites de la capital", sostuvo el cronista.
Cabe mencionar que Xcalachén es un topónimo maya que significa “pozos gemelos” y refiere a unas excavaciones hechas durante la época colonial que, con el paso del tiempo, se han perdido.
Por esas y otras razones que permitirán rescatar y difundir estos relatos históricos, Navarrete Muñoz reiteró que el hecho de que todo ese espacio sea denominado como “Barrio Mágico” es un gran logro del Ayuntamiento de Mérida que deberá ir acompañado de planes y políticas permanentes para mantener, mejorar y promocionar la zona y lograr consolidarla como un polo de desarrollo turístico y económico en beneficio de sus vecinos y visitantes