Fue el regreso a su plaza favorita, el Zócalo, la que ha llenado como opositor, y tras dos años de pandemia y confinamiento.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador lo hizo de la mano de Los Tigres del Norte, cuyas canciones suenan recurrentemente en las mañaneras para defender a los paisanos y la soberanía.
En la cuarta ceremonia que encabeza de El Grito, la 212 que conmemora la Independencia de México, tuvo invitados especiales, entre otros, a los exmandatario Evo Morales y José Mujica.
También estuvieron las corcholatas y los integrantes del gabinete legal y ampliado.
“El pueblo bueno” llegó desde temprano a la principal plaza del país. Con bancos, paraguas, chamarras y botanas.
Los colores patrios, los de la bandera que ondeó en el asta monumental, estaban en la ropa, en los sombreros y en las mejillas.
“(Es) fantástico, nada más de estar aquí quisiera llorar”, expresó emocionada Victoria Garduño apretando entre sus manos la manta con la imagen de AMLO.
Y para otros como Víctor Zepeda, “volver al Zócalo era demostrar que sí se puede, que se venció la pandemia”.
Resonaba “¡Señor Presidente, aquí está su gente!” y “¡Es un honor estar con Obrador!”, porque varios viajaron desde Chihuahua, Chiapas y Veracruz para apoyarlo y ver a Los Tigres del Norte.
Del otro extremo, por la Catedral Metropolitana, la manta de: “¡Yo voy con Adán Augusto” la cargaban unos tabasqueños que pagaron su pasajero hasta la capital del país.
Otro militar manifestó su orgullo de pertenecer al Ejército “y poder gritar con mucha fuerza ¡Viva México!”.
Los asistentes estaban dispuestos a disfrutar la fiesta mexicana, sin importar la lluvia, el frío y el hambre. Compraron impermeables de 30 pesos y otros lograron pasar bebidas alcohólicas en botellas de agua.
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